lunes, 31 de diciembre de 2007

Y qué jué


Hora de la cuenta regresiva pisándonos los talones. Qué difícil eso, que alguien o algo te pise los talones; como son redonditos tendrían que pisarte de lado, más bien aplastarte el pie. Ni en el metro lleno me han pisado los talones, sin embargo lo decimos con frecuencia. ¡Ah, metáforas!

domingo, 30 de diciembre de 2007

Ferias


La feria en verano huele a frutillas.
Vengo llegando de la que se pone cerca de mi casa. Es chiquitita pero hay de todo. Es agradable porque los puestos están ordenados y queda espacio para pasar cómodamente. Me gusta también que van muchos viejitos, que caminan tranquilos y conocen a los feriantes. Creo que eso habla bien de la feria misma.
En otras partes que he vivido las ferias son diferentes y creo que reflejan un poco la forma de ser de la ciudad misma; en Valparaíso la feria es inmensa y dura todo el día, separada por colores de los toldos: verdes, amarillos y naranjas para marcar los sectores de frutas, verduras y varios (quesos, huevos, galletas...), en Los Andes la feria es un poco desordenada, con pilas muy altas y gente ofreciendo sus cosas a viva voz (cómo olvidar el "ajito, oreganito" que un compañero de escuela de mi hermano mayor vendía, pregón que se transformó en su sobrenombre), en Lolol la feria era una vez al mes, coincidiendo con los pagos de pensiones, siendo un acontecimiento tan esperado que los cursos de la escuela y el liceo salían a recorrerla.
Cuando chica me gustaba ver los pollitos y patitos de colores que vendían casi en los últimos puestos, me llamaban la atención unas vitrinas chicas donde ponían el mote cocido, saludábamos siempre a un caballero (el Míguel, así, cargando la voz en la i) que había trabajado en la chacra que tuvo mi tata. Una vez me compraron una parka roja en la feria.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Uñas


Durante toda mi vida, por lo menos la que recuerdo, me he comido las uñas; viendo películas, en clases, esperando la micro... en cualquier momento y lugar. Tuve unos breves periodos de pausa, alentados por recompensas ofrecidas por mi madre, pero seguí con el mal hábito.
Bueno, desde hace cerca de un mes me propuse dejar de hacerlo. No ha sido fácil, porque morder uñas es un recurso siempre a la mano (qué fome, disculpen la falta de ocurrencia, se debe a pocas horas de sueño).
Me he dado cuenta de algunas cosas: se siente diferente escribir, tanto en teclado como con lápiz, al cerrar las manos también es distinto y tengo que tener mucho cuidado cuando quiero sacarme una pestaña suelta (como el chiste del pirata, que le preguntaban por su garfio, que le pusieron al perder la mano en una lucha y después por el parche en el ojo, que era por no acordarse y rascarse).
Lo bueno es que rascarse requiere mucho menos esfuerzo, igual que sacar el scotch o hacer sonidos de galope de caballos en la mesa. Hasta podría aprender a tocar guitarra...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Palabras y geografía


Siguiendo con las reflexiones idiomáticas, hoy quiero referirme a las diferencias y cambios de experimenta la Lengua en las diversas áreas geográficas o cómo se habla diferente en los distintos lugares.
Ayer conversaba con unos amigos sureños de algunas confusiones que debieron superar, como el tema de la "estufa"; en la Región de los Lagos llaman así tanto a la que se usa para calefaccionar un ambiente como la para cocinar. Puede ser porque muchas veces es el mismo adminículo (de combustión lenta) que cumple las dos funciones, sin embargo, el nombre se ha traspasado a los utensilios a gas, provocando algunas confusiones (imagínense qué pensó un sureño cuando le dijeron "anoche prendí la estufa a gas porque tenía frío en los pies").
A mí me pasó que, llegando a estudiar a Viña desde Los Andes (en la misma región y ni tan lejos), me costó entender cuando me hablaban de la "salida de cancha", también hubo algunos problemas con las marraquetas- pan batido-pan francés.
En Colchagua los niños "echan" goles al arco contrario (no los "hacen") y suelen hablar de "tener que saber hacer "algo cuando surge una urgencia u obligación.
Ningún niño nortino (como lo fue mi marido, que ya no es niño más que en el alma) se confunde cuando la mamá le dice que se bañe y se lave el "pupo".
A los de la zona central nos puede provocar problemas llamar "murra" a las moras (puede que pensemos que son frutos diferentes). Suele pasar que no sabemos diferenciar un poncho de una manta, que usamos indistintamente gafas, lentes o anteojos, sin percibir las sutilezas del lenguaje.
¿Pan con cecina, pan con chanchito o sánguche de jamón?

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Ciclo


Cada finalización es un nuevo comienzo. Por convenciones sociales e históricas nuestro año está terminando, pero para otras personas todavía falta.
Para mí el año empieza en marzo porque las vacaciones parecen una prolongación del año anterior.
Creo que las cosas pueden comenzar en cualquier momento, más allá de las marcas en el calendario. Cada vez que sale el sol, nos invita a saludarlo y empezar de nuevo.

martes, 25 de diciembre de 2007

Is the end of the world as we know it


Me creo la muerte (siempre uso esa expresión, me gusta) porque me fue bien en el examen de Inglés, por eso el título musical en ese idioma.
Falta poco para que termine el año y siempre nos da por hacer recuentos y balances. A veces gana lo bueno, a veces lo malo. Lo importante y que siempre se debe considerar es que estamos vivos y por eso podemos seguir adelante.
Un abrazo a los que no lo han pasado tan bien.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Regalar


Es rico dar cosas, pensar en un detalle y convertir un día ordinario en especial. Creo que es importante demostrar que nos dimos el tiempo para entregar algo agradable. No me refiero solamente a regalos caros, también a recordar un momento, a una frase o una nueva actitud. Para dar hay que estar atenta (o) y no preocuparse tanto de la fecha.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Niña interior


Ya es 20 de diciembre, así que se despertó mi imagen de hace 27 años. En 1980 recibí una bicicleta verde con canasto blanco adelante. En ella aprendí a doblar en las esquinas apenas rozando el suelo con la rodilla.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Buenos deseos


¿Se fijan en la cantidad de veces diarias que escuchamos "deseos" ligada a un adjetivo que tiene que ver con bondad en esta época de año? ¿Es que el resto del año los deseos son malos? ¿Los "malos deseos" se alejan en navidad? (si así fuera varios no estarían de acuerdo con llamar a la del 24 "nochebuena", oj, oj, oj).

martes, 18 de diciembre de 2007

Platos llenos


Sigamos con el tema navideño y comilón; sólo un par de veces he comido pavo en Navidad. El plato tradicional de mi casa (llamo mi casa a la de mis padres y luego a mi "humilde hogar") es un jamón con costra de mostaza sobre una cama de manzanas y cebollas asadas. Su nombre original es Julskinkan, nosotros le decimos simplemente "jamón navideño" (en estricto rigor es lo mismo, traducido). Es una receta generosamente compartida a mi padre por un amigo bueno para la cocina que vivió en Suecia y la señora sueca de otro amigo nos completó los detalles (como la ensalada que lo acompaña, la "mimosa", que se llama así por una flor, cuyo aspecto se imita al servirla).
Lo preparamos desde que tengo 8 años y ha sido servido también en otras ocasiones especiales (como el bautizo de mi ahijada, donde hicimos tantos que hasta los invitados se llevaron un pedazo).
¡Que comience la fiesta!
(pobres chanchitos, pero esto de ser omnívoros...)

lunes, 17 de diciembre de 2007

Inventiva


Encuentro un muy buen invento el de las bolsas para regalos, vienen con el adhesivo y la cinta, se puede corregir la envoltura si quedó chueca o se pueden añadir más cosas a los paquetes. Tienen colores lindos, diseños originales, varios tamaños... el único problema es que no huelen a papel, entonces no huelen a regalo.
¿La solución? Que los creativos de los desodorantes ambientales saquen el aroma a regalo. Ya existe el olor a bebé, a ropa secada al sol, a primavera, etcétera. ¿Qué tan difícil puede ser el aroma a papel de regalo?. Les dejo la inquietud.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Canciones de acto


En mis tiempos (ya me expreso como anciana) las profesoras a cargo de los actos de fin de año en los colegios sentían una admiración o amor especial por José Luis Perales y el coro españolísimo de niños cantando por que sea verde el jardín, no le apaguen el sol, un mundo feliz, no escuchar el cañón, el que no sabe escribir, el que escribe versos de amor y para ver si nos hacen pensar. Existe en esta época del año una especial sensibilidad medio cursi que se expresa en todo su esplendor en estas actuaciones infantiles. Pero pasan los años y las canciones cambian, aunque el espíritu no.
Desde hace un tiempo se puso de moda Diego Torres, el cantante argentino que parece tener los brazos cortitos, con su Color Esperanza, en diferentes versiones (incluso con frases en portugués), haciendo cantar a la platea y galería al unísono. Yo sé que se puede y quiero que se pueda, pero la dichosa cancioncita hincha las pelotas (es un modo de decir, ya que pelotas no tengo).
¿Son todas las profes que preparan actos iguales?
¿Para el cargo les hacen un test especial?
Preguntas que rondan en el aire.

No se aflijan contando cuántas veces más tendrán que escuchar los temas ya citados, miren que hay lugares en que pensaron otra cosa; en el jardín infantil del que fui apoderada en Valparaíso (¡grande, tía Giglia!) ponían las Nanas de la Cebolla (puede que su intención fuese hacerme llorar... lo consiguieron), los niños representaban a Don Crispín de Charo Cofré (el que es bailarín, cantarín y saltarín) y mostraban cosas más conceptuales con fondo de Dead can Dance (niños y niñas con trajes negros y capas de distintos colores moviéndose por el escenario).

¡Todavía hay esperanza!

Saber que se puede... (disculpen el lapsus, ja ja)

sábado, 15 de diciembre de 2007

Telúrico


Hoy estuvo temblando durante la tarde.
A propósito, hace un tiempo que se acumulan cosas y hace falta el remezón para despertarnos: desde hacer valer nuestros derechos ciudadanos hasta poder respirar aire limpio. Nos hemos dormido al son de las transmisiones televisivas, olvidando nuestros gustos y nuestra naturalidad.
¿Recordaremos el 2007 por los escandaloides faranduleros o por algo que de verdad nos afectó?

jueves, 13 de diciembre de 2007

Más comida


Comer para vivir v/s vivir para comer. Créanme que no es fácil decidir, sobre todo con exquisiteces como estas. Dicen también que comer es un arte, pero hay algunos que hacen arte con lo que se come. Pongan "Minimiam" en el buscador de su preferencia (yo uso google, pero usen el que quieran...¿se acuerdan de altavista?)

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Comidas


El fin de semana salimos con unos amigos y mi marido comió caracoles, los de tierra (helix aspersa). Yo no me animé a probar, porque soy medio prejuiciosa con la comida que no conozco (ni hablar de pagar por un plato y no comerlo). Tengo claras las texturas que me gustan (no la de los mariscos, ni la gelatina muy dura, sentir su consistencia me da un poco de asco) y un caracol no se acerca a mi ideal.
De cosas diferentes he comido ciervo, conejo, pato, jabalí y ganso. No me gustan los corderos, los chunchules, ubres, sesos ni los cabritos.
Créanme que he tratado, pero hay cosas que simplemente no van conmigo.
Me gustan las prietas (morcillas), coliflores, betarragas y brócoli.
Una observación: no me molesta que una persona a mi lado coma guatitas o mariscos, siempre y cuando el olor no me desagrade.

Algunas personas deben ya considerarme odiosa y medio lesa por mis preferencias.
Otra maña que tengo es la de los olores. Si me molesta sentir el olor a ajo o a cloro que queda en las manos, imagínense lo que sufro en el metro durante el verano, en algunos conciertos, o en algunos lugares (como pasar donde estuvo la feria cuando los jugos de los pescados ya se secaron en el pavimento). He inventado algunas tácticas para concentrarme en otra cosa y "sentir menos" los olores, a veces resultan un poco.
En fin, de platos y cosas se nos llena el estómago.
Me comería unos gnocchi con salsa de tomates como los que hacíamos en la casa...

martes, 11 de diciembre de 2007

¡Ay!


No sé si se nos enseña o sale naturalmente al sentir dolor.
Las guaguas se quejan sólo "ahhhhhh", así que debe ser aprendido.
Hay personas que dicen "au".
Yo generalmente soy coprolálica, literalmente; digo "mierda" cuando me pego con algo (como el dedo chico del pie contra la punta de la cama, cómo duele) o cuando me enojo si algo sale mal. También le agrego una "a" previa cuando quiero expresar admiración, claro que cambia la entonación (entran en juego los elementos no verbales -lapsus profesoril-).
Hay personas que se quejan como si tuvieran subtítulos; usan el "auch", "oops" y hasta el simpsonístico "d´ho".

domingo, 9 de diciembre de 2007

Medidas


Cuando alguien dice "hay que tomar medidas en esto" sé que se refiere a términos disciplinarios, pero me gusta imaginar a personas muy serias agarrando una huincha y anotando en una libretita sus resultados. Últimamente han salido varias personas con la frase en los noticiarios, refiriéndose a funcionarios, compañeros de partido que se han salido de las normas y especialmente autoridades policiales hablando de la delincuencia.
Eso de medir cosas es un recurso que todos usamos, se miden conocimientos, hablamos de medir a todos con la misma vara, medir, medir. Constantemente estamos calificando, sopesando, midiendo...

Bueno, yo llego al metro 71 centímetros a pie pelado. Fui del tercio más alto de mis cursos, pero nunca la más alta. Aún así me llama la atención que la mayoría de los políticos, animadores y "rostros" de televisión (los he visto en la calle y en los reporteos estudiantiles) son en general bajos, lo que no pasa con el promedio de las personas que veo diariamente en la calle. En el metro varias veces he sido la mujer más alta del vagón (siempre miro a al gente a mi alrededor), pero todos los días me toca andar un par de estaciones con una niña de al menos un metro 75.
Hay gente que dice que las generaciones actuales, por cosas de alimentación, crecen más. ¿Serán los transgénicos? en mis tiempos decían que las niñitas estaban muy pechugonas por culpa de las hormonas de los pollos, bueno, toda la vida comí pollo y sólo fui pechugona al dar pecho.

Pesos, medidas.
Cerca de donde vivo un almacén se trasladó y avisaron con un cartel que se habían cambiado a 45 pasos. Es cierto; no sé si de ociosa o sólo curiosa por comprobar lo que decían, conté los pasos, que resultaron exactos. Algunas veces también conté escalones, para pasar el tiempo y para saber cuánto falta para llegar.

Qué raro es pasarse el tiempo contando, he escuchado de los relojes interno y biológico, pero los míos no suenan "tic tac" sino con unos gruñidos a la altura de la guata, a veces también un "crac" de codos o "tac" al mover el cuello.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Ortográfico


Me llaman mucho la atención las palabras mal escritas en letreros, avisos y señalizaciones, porque siempre logran sacarme una sonrisa.
Hay casos que pasan, como cambiar una z por s (en calle Alvarez por ejemplo), porque suenan igual pero hay veces en que uno se pregunta qué estaba pensando o qué se fumó el que hacía el letrero. Cerca de mi casa hay una esquina de "Romon" Subercaseaux, pucha antes los nombres nuevos (tipo Bryatan) no se usaban con tanta frecuencia. En un calendario de comida china sanfelipeña ofrecían "repato" a domicilio a todo "san-fe-le-pe"(tal cual, con guiones incluidos) ¿será que el repartidor se llama Pato y cuando pides pato obtienes un re-pato?. Un letrero en la carretera ofrecía "huba", otro "cirguela". No puedo negar que alegraron nuestro viaje, aunque no me acuerdo cuánto costaba el kilo.
Al que les guste el tema puede visitar
www.proyectocartele.com
también www. engrish.com los bilingües

Creer


Hace un tiempo leía el blog de un tipo de asociación de ateos y me sorprendió la manera que tienen de ver a los creyentes (por creyentes voy a definir a quienes adhieren a alguna colectividad cuyo pensamiento se basa en las enseñanzas de un iluminado de origen divino, con preceptos morales y valóricos definidos, léase cristianos, budistas, judíos, islámicos, católicos...); los definen como personas de bajo nivel intelectual que se contentan con un poco de magia y pirotecnia, que creen en dogmas añejos siendo egoístas y excluyentes.
Pienso que se equivocan.
Me puse a pensar en todos estos hombres y mujeres de distintas creencias (supuestamente inferiores según ellos) que han dedicado su esfuerzo, su trabajo e incluso han dado su vida por lo que creen. Realmente no pienso que eso los haga inferiores, los hace humildes y, según mi parecer, eso no es un defecto sino una virtud.
Tener la capacidad de creer es tener también abierta la capacidad de soñar, construir realidades nuevas y actuar de acuerdo al ideal que nos hemos propuesto.
Creer en una dimensión más allá de las fronteras terrenales es tener la mente abierta a la creatividad.
El tratar a otros de inferiores es fomentar el egoísmo y las discriminaciones, y no considero correcto vivir en función de las cosas, con énfasis en tener, escalar y jorobar a los demás.
Creo que como seres humanos (tan pero tan complejos) necesitamos un apoyo que nos aliente más allá del mundo, asirnos a una seguridad y proyectarnos sobre las barreras temporales, eso lo da la fe.
Respeto profundamente al que cree y al que no cree porque estoy convencida de que todos tenemos derecho a argumentar nuestras ideas, pero no tenemos derecho a descalificar al que no las comparte.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Disfaces


Para representar algo o personificar a alguien, es muy útil ayudarse por ropas, accesorios, maquillaje y postizos. Recuerdo con cariño los días en el Jardín infantil cuando nos disfrazábamos de mariposas, con alitas de celofán o de duendes, con barbas de algodón. Más grande los favoritos fueron: ayudante de mago (una versión de odalisca con velos rojos), flor (al que mi papá dedicó tiempo y creatividad, formando cada pétalo con alambre y papel crepé, coronando todo con un cintillo de estambres amarillos) y ratita (que inventé usando un polerón gris con capucha y un cucurucho de cartulina dibujado formando la cara).
Los disfraces infantiles nos dieron ratos agradables porque eran un juego.

Me llama la atención la cantidad de personas que anda disfrazada cada día, no me refiero a que vayan por la vida como Bob Esponja, sino a los que se visten para aparentar: mujeres jóvenes disfrazadas de señoras, con visos, tacos, faldas y kilos de cosméticos, hombres que aparentan seriedad bajo un traje, personas que escudan sus inseguridades bajo un gran logotipo y joyas rutilantes. Hay otros que adoptan caretas, como quienes finjen enojo y distancia para generar respeto (de verdad me cuesta entenderlos), los que bajo una sonrisa pasan malas intenciones, comentarios y malas ondas, los que adoptan una actitud indiferente porque se sienten distintos y solos, los que quieren demostrar interés y buena disposición, pero a la hora de hacer desaparecen por arte de magia...
Disfraces para toda ocasión y lugar. A veces los personajes están tan compenetrados con el papel, que cuesta reconocer a la persona bajo la chapa.

Por otra parte, existen también los trajes para ocasiones especiales, con los que la gente se viste y no se "disfraza de", como los trajes de los novios, los de graduación, bautizo, en general de ceremonias a las que se asiste para cambiar de estado. Ahí el ropaje es parte del rito, como una representación visible de la solemnidad de la ocasión.

También hay ropa que nos identifica con un grupo, creo que está bien para los jugadores de un equipo de fútbol u otro deporte, pero que en otros casos calza con las características del disfraz (representar o hacer parecer algo como lo que no es).

Me carga la ropa con marcas cada vez más grandes, porque dejan de cumplir su objetivo (vestir) para transformarse en instrumentos de discriminación. Me gusta lo original, individual, que exprese lo que se es y se siente de verdad. No me gusta verme igual que una foto de revista, que un maniquí de tienda o que alguien a quien no conozco.
Los invito a que la próxima vez que busquen ropa, se guíen por sus gustos reales más que por los consejos estilísticos de una consultora de modas, les aseguro que se sentirán bien.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Versada


No quiero decir que sea una erudita, usé el título como juego de palabras para hablar de los versos. Creo que las rimas son extremistas, tienen un matiz muy solemne, por un lado, y muy popular por otro; Bécquer, García Lorca y Huidobro con su exquisitez, Parra, Lihn y Redolés con su visceralidad. Las rimas de los hiphoperos en la calle, las décimas campesinas del canto a lo divino, Pezoa Véliz y su perro vagabundo.

Hacen falta las rimas de la clase media- media. Creo que Gabriela Mistral partió haciéndolas, pero poco a poco a través de sus escritos nos damos cuenta de su tremenda intelectualidad y vanguardia, pasando a un plano superior.
Insisto en que la poesía es extremista porque es emocional, flota en el aire o se entierra en el barro, sin medias tintas. En fin , el arte toma elementos de la vida diaria y los sublima hacia un significado diferente, por eso debe ser que mantiene rasgos de los dos mundos.

Las canciones son poesías de lo cotidiano (aunque encuentro un poco siútico a Arjona, por ejemplo), me encanta Víctor Manuel cuando dice " Digo amor y digo Libertad, que tu cuerpo es el timón que hace dibujos en el mar".
Clasificaría entonces a las canciones como la poesía de la clase media.
¡Vamos a cantar entonces!

martes, 4 de diciembre de 2007

Palabras viejas


He escuchado muchas veces "en esta época del año", "en esta época" y "era otra época", me di cuenta de que hay palabras que denotan seriedad, que algunos pueden confundir con erudición y otros simplemente asociar a vejez.

Hay términos usados con poca frecuencia que vuelven a tomar fuerza en la lengua, muchas veces por moda. Antes de Liniers, sólo decían "macanudo" un par de señores pepepatos (eso viene de José Patricio, nombre asociado a la clase pudiente), solamente las abuelitas hablaban de "polleras" antes de que alguna revista de modas resucitara la palabra.

Los que no se ha vuelto a incorporar son : botica, paletó, bidet (aquel para asear las partes pudendas), mercería, olla podrida (un guiso colonial), chaqué...falta que alguna tribu urbana con presencia mediática los acuñe para que salgan en manuales de revistas juveniles y se masifiquen nuevamente.
Un detallito, antiguamente se usaban muchos términos franceses, porque era la moda. (Si se fijaron en los ejemplos que cité).

Voy a mantenerme atenta a ver si escucho más palabras rescatadas del baúl de los recuerdos. Acepto contribuciones.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Navidades


Por Dios qué rico es el Cola de mono (o ponche en leche, depende de dónde vivan), sobre todo el preparado con cariño. Tiene olor a casa, recuerdos, juegos y alegría. Aunque yo lo probé grandecita, de niña también sentía el aroma de las especias tan característico. El olor del papel de regalo también me trae a la memoria la expectación y risas al abrir los presentes frente al pesebre. Una guagua en moisés tejido y un juego de tres pisos de bandejas con ruedas, llenas de platitos, cubiertos y teteritas fueron regalos que disfruté muchísimo. Me acuerdo del olor del pino que adornábamos con guirnaldas rojas y doradas, pinchándonos de vez en cuando. La misa del gallo llena de animales que a ratos distraían a la gente con ruidos y balidos.
Recuerdos lindos porque se construyeron en familia.
Espero que los niños de hoy tengan esa oportunidad en Nochebuena.