Para algunos puede ser una tontera, pero es importante saber andar en micro en Santiago. Porque por mucho auto que se tenga alguna vez en la vida toca subirse a una micro. Porque el metro no llega a todas partes y no anda toda la noche. Porque en la mañana da menos calor andar en micro que en metro. Porque pese a las confusiones - ofuscaciones- pérdidas de tiempo el sistema de micros funciona (aunque a veces funciona más o menos nomás).
Comparto con ustedes algunos de mis descubrimientos comprobados empíricamente:
Sé que las palabras mágicas con el chofer son Buenos Días (o sus variaciones horarias "buenas tardes" y "buenas noches"), con los pasajeros son "permiso", "pase" y "siéntese" (vaya yo a saber por qué el imperativo, pero así funciona), con los artistas ambulantes, no son palabras sino la sonrisa (y si se tienen unos pesitos que dar mejor todavía) y con los pasajeros sospechosos (no por la pinta sino por la vibra, como eso que se siente al ver un gallo y piensas o que te chorea la plata o que te corre mano si te pones muy cerca), nada de palabras, contacto visual ni proximidad...la más absoluta indiferencia. A los locos perseguidos no hay que mirarlos mucho, a las personas que viajan con niños chicos o guaguas, las embarazadas, los abuelos y abuelas hay que darles el asiento.
Parece de Perogrullo pero basta un viaje corto para darse cuenta de que mucha gente parece no tener idea de nada de eso (mala cosa). No entienden todavía que no viven solos en el mundo.
Otra cosa indispensable es saber para dónde va la micro, en sentido literal. Hay que cachar por qué calles se va, si para cerca de donde uno quiere ir, si vale la pena caminar dos cuadras y tomar otro recorrido que nos acomode más...
Ñoñamente reviso la página web con los recorridos y paraderos y planifico el viaje, algunos pensarán que es pérdida de tiempo... pero siempre he llegado donde quería en el tiempo estimado.
Comparto con ustedes algunos de mis descubrimientos comprobados empíricamente:
Sé que las palabras mágicas con el chofer son Buenos Días (o sus variaciones horarias "buenas tardes" y "buenas noches"), con los pasajeros son "permiso", "pase" y "siéntese" (vaya yo a saber por qué el imperativo, pero así funciona), con los artistas ambulantes, no son palabras sino la sonrisa (y si se tienen unos pesitos que dar mejor todavía) y con los pasajeros sospechosos (no por la pinta sino por la vibra, como eso que se siente al ver un gallo y piensas o que te chorea la plata o que te corre mano si te pones muy cerca), nada de palabras, contacto visual ni proximidad...la más absoluta indiferencia. A los locos perseguidos no hay que mirarlos mucho, a las personas que viajan con niños chicos o guaguas, las embarazadas, los abuelos y abuelas hay que darles el asiento.
Parece de Perogrullo pero basta un viaje corto para darse cuenta de que mucha gente parece no tener idea de nada de eso (mala cosa). No entienden todavía que no viven solos en el mundo.
Otra cosa indispensable es saber para dónde va la micro, en sentido literal. Hay que cachar por qué calles se va, si para cerca de donde uno quiere ir, si vale la pena caminar dos cuadras y tomar otro recorrido que nos acomode más...
Ñoñamente reviso la página web con los recorridos y paraderos y planifico el viaje, algunos pensarán que es pérdida de tiempo... pero siempre he llegado donde quería en el tiempo estimado.
4 comentarios:
me gusta tu estilo. mucho.
jajajjjjaa
yo tb, cuando tengo q ir a la vilipendiada capital, siempre, ya sea en metro o en micro (honestamente siempre la e evitado, lo provinciana no me permite correr el riesgo sola ) planifico mi trip. y hasta el momento e tenido la suerte de q mis destinos no comprenden el usar cromi. dios existe señores!
Yo tuve mi bautizo de fuego con las micros amarillas, allá en 1994, cuando llegué a vivir a Santiago. Asi que el Transanfiasco para mi no es nada, comparado con lo que había antes.
Saludos
bien por ti, persona precavida vale por dos
Publicar un comentario