miércoles, 28 de febrero de 2024

Quinto aniversario

 Ya van a ser 5 años desde que se murió mi papá. En estas fechas siempre me acuerdo de la sucesión de acontecimientos, la descompensación, el hospital, la búsqueda de diagnóstico, cómo se fue apagando en esos días. Después el discurso lapidario, cuando lo sacaron del paro y quedó sedado, cuando todo se fue aclarando en el saber y oscureciendo en los sentimientos.

De repente la pena me pega y me bota, como una ola fuerte.

Lo echo de menos, me imagino qué diría sobre lo que pasa, sobre las películas; las que le gustarían, las que no. Los lugares a los que me hubiera gustado ir con él, cómo estaría de orgulloso de mis hijos tan grandes. Comidas ricas que me hubiera gustado prepararle y compartir.

El jueves 28 de febrero de 2019 fue el último día que estuvo consciente. Le dio un paro, lo sacaron y lo mantuvieron sedado el resto de los días que alcanzó a vivir. Murió el domingo 3 de marzo a las 00:00. Fui la última de la familia en hablar con él, yo le dije a mi mamá que se devolviera a darle un besito. 

Después de ese día sólo lo vimos enchufado a las máquinas, con los ojos tapados con gasas. Cuando le hablábamos, se movían los monitores, así que sabemos que nos escuchaba. Le dijimos que se fuera tranquilo, que lo queremos. Sus hermanos y hermanas viajaron a verlo, varios pudieron despedirse.

Era el quinto de siete hermanos. Fue el primero en morirse, el año pasado su hermano compinche (el n⁰4) se murió también después de hospitalización e irse apagando de a poco.

Me da pena.

Este año el 3 de marzo también va a ser domingo.

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