miércoles, 13 de febrero de 2008
Maldiciones
El martes vimos La Máscara de la Muerte Roja (con Vincent Price), que en su tiempo debe haber causado mucho susto, sobre todo la parte en que invocan al "señor de las moscas" (el colúo). Seguimos con La Profecía (la original, con Gregory Peck) y me acordé del susto que pasé cuando la vi más chica, además de que la música pone los pelos de punta.
Con alrededor de 10 años de diferencia entre una y otra, ambas trataban un tema parecido. Encuentro que mientras más verosímiles sean las películas, más susto dan, porque son cosas que pueden pasarte.
El Papa dijo que el infierno existe. Leía que los dueños de un sitio de citas lo venden porque está maldito ¿no estarán viendo muchas películas?
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5 comentarios:
No sé... como que uno se sugestiona con estas cosas.
Igual se han hecho recreaciones de sucesos "malditos" bastantes convincentes.
Hace un tiempo sigo "las historias de ultratumba" de Discovery Channel, pero más por encontrar emoción una dosis de adrenalina y algo de entretención.
Igual yo soy absolutamente agnóstico: veo y creo, toco y creo, siento y creo, me aparece el colúo y creo... en fin ver para creer.
Te dejo un beso.
Lo lamento pero hace ene que no me da susto una película. Pero de alguna manera si estoy sugestionado con varias temáticas que deseguro pueden ocurrir.
te dejo un link muy bueno ñoña y me alegro que hayas vuelto.
Saludos
http://www.unabvirtual.edu.co/epic/
pd: Espero podamos hablar o lo comentes en un post.
Uyy lo ví y no pude dejar de pensar en George Orwell y Aldus Huxley, el tema de la ultrapersonalización utilizando datos privados ¡de uno y de los contactos!.
¿Vieron Gattaca?
Insisto es que mientras más verosímil, más susto da.
Siii es absolutamente verosímil, más cuando microsoft quería comprar a yahoo. ¡Y eso que el documental lo hicieron hace 2 años!
¿volaremos hacia allá?. Lo que mas me jodio fue la pérdida de la cultura escrita....eso sería catastrófico.
Eso sí que hace tiempo vienen profetizando con el fin de los libros, de los diarios y las revistas, pero siguen aquí, para desgracia de los árboles.
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