Estas fechas reflexivas y familiares se asocian al recogimiento.
Aunque esa palabra suena textil, cuando nos imginamos los pliegues y arrugas de un vestido, o también agrícola, cuando pensamos en la recolección de diversos alimentos.
Una invitación al recogimiento puede sonar como a que hay que acurrucarse, levantar al que se ha caído u ordenar lo que está desparramado. Tiene sentido, pero siempre me sorprendo con las posibilidades del idioma.
Entonces les deseo a todos un equinoccio muy recogido, mira que las fechas coinciden este año.
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