
De vez en cuando aparece alguien corriendo pilucho en algún evento deportivo y logra la fama. Efímera pero la logra. Unos segundos sin ropa frente a algunos cientos de personas y te conocen (por dos segundos) en todo el mundo.
Tiene que ver con la cantidad de audiencia, porque la gente que se empelota frente a menos gente no tiene tanta notoriedad. De vez en cuando se hace conocida o conocido en la farándula, pero no más que eso.
Empecé a escribir esto pensando en otra forma de estar en pelotas: cuando uno queda de repente sin defensa, sin capacidad de reacción, vulnerable y sorprendida (o). Cuando uno comenta "me dejó en pelotas con lo que dijo" se refiere a eso, porque por lo general uno no anda contando otro tipo de experiencias en la oficina.
Es raro cómo se relaciona el estar pilucho (así les decimos en Chile a las personas desnudas, la palabra viene del mapudungún) con la vulnerabilidad.
Yo creo que tiene que ver con que no hay secretos y nos mostramos tal cual somos, sin posibilidad de disfrazar ni de hacer distinciones de ningún tipo. Porque la ropa muestra cosas y sirve para disfrazar o para exaltar alguna característica, demuestra grados de poder, capacidad adquisitiva, gustos, orientaciones y preferencias.
Hay gente que se viste para ser vista y otros para disolverse entre los demás.
Estar pilucho es democrático si uno quiere y revelador en más de un sentido.