lunes, 31 de diciembre de 2007

Y qué jué


Hora de la cuenta regresiva pisándonos los talones. Qué difícil eso, que alguien o algo te pise los talones; como son redonditos tendrían que pisarte de lado, más bien aplastarte el pie. Ni en el metro lleno me han pisado los talones, sin embargo lo decimos con frecuencia. ¡Ah, metáforas!

domingo, 30 de diciembre de 2007

Ferias


La feria en verano huele a frutillas.
Vengo llegando de la que se pone cerca de mi casa. Es chiquitita pero hay de todo. Es agradable porque los puestos están ordenados y queda espacio para pasar cómodamente. Me gusta también que van muchos viejitos, que caminan tranquilos y conocen a los feriantes. Creo que eso habla bien de la feria misma.
En otras partes que he vivido las ferias son diferentes y creo que reflejan un poco la forma de ser de la ciudad misma; en Valparaíso la feria es inmensa y dura todo el día, separada por colores de los toldos: verdes, amarillos y naranjas para marcar los sectores de frutas, verduras y varios (quesos, huevos, galletas...), en Los Andes la feria es un poco desordenada, con pilas muy altas y gente ofreciendo sus cosas a viva voz (cómo olvidar el "ajito, oreganito" que un compañero de escuela de mi hermano mayor vendía, pregón que se transformó en su sobrenombre), en Lolol la feria era una vez al mes, coincidiendo con los pagos de pensiones, siendo un acontecimiento tan esperado que los cursos de la escuela y el liceo salían a recorrerla.
Cuando chica me gustaba ver los pollitos y patitos de colores que vendían casi en los últimos puestos, me llamaban la atención unas vitrinas chicas donde ponían el mote cocido, saludábamos siempre a un caballero (el Míguel, así, cargando la voz en la i) que había trabajado en la chacra que tuvo mi tata. Una vez me compraron una parka roja en la feria.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Uñas


Durante toda mi vida, por lo menos la que recuerdo, me he comido las uñas; viendo películas, en clases, esperando la micro... en cualquier momento y lugar. Tuve unos breves periodos de pausa, alentados por recompensas ofrecidas por mi madre, pero seguí con el mal hábito.
Bueno, desde hace cerca de un mes me propuse dejar de hacerlo. No ha sido fácil, porque morder uñas es un recurso siempre a la mano (qué fome, disculpen la falta de ocurrencia, se debe a pocas horas de sueño).
Me he dado cuenta de algunas cosas: se siente diferente escribir, tanto en teclado como con lápiz, al cerrar las manos también es distinto y tengo que tener mucho cuidado cuando quiero sacarme una pestaña suelta (como el chiste del pirata, que le preguntaban por su garfio, que le pusieron al perder la mano en una lucha y después por el parche en el ojo, que era por no acordarse y rascarse).
Lo bueno es que rascarse requiere mucho menos esfuerzo, igual que sacar el scotch o hacer sonidos de galope de caballos en la mesa. Hasta podría aprender a tocar guitarra...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Palabras y geografía


Siguiendo con las reflexiones idiomáticas, hoy quiero referirme a las diferencias y cambios de experimenta la Lengua en las diversas áreas geográficas o cómo se habla diferente en los distintos lugares.
Ayer conversaba con unos amigos sureños de algunas confusiones que debieron superar, como el tema de la "estufa"; en la Región de los Lagos llaman así tanto a la que se usa para calefaccionar un ambiente como la para cocinar. Puede ser porque muchas veces es el mismo adminículo (de combustión lenta) que cumple las dos funciones, sin embargo, el nombre se ha traspasado a los utensilios a gas, provocando algunas confusiones (imagínense qué pensó un sureño cuando le dijeron "anoche prendí la estufa a gas porque tenía frío en los pies").
A mí me pasó que, llegando a estudiar a Viña desde Los Andes (en la misma región y ni tan lejos), me costó entender cuando me hablaban de la "salida de cancha", también hubo algunos problemas con las marraquetas- pan batido-pan francés.
En Colchagua los niños "echan" goles al arco contrario (no los "hacen") y suelen hablar de "tener que saber hacer "algo cuando surge una urgencia u obligación.
Ningún niño nortino (como lo fue mi marido, que ya no es niño más que en el alma) se confunde cuando la mamá le dice que se bañe y se lave el "pupo".
A los de la zona central nos puede provocar problemas llamar "murra" a las moras (puede que pensemos que son frutos diferentes). Suele pasar que no sabemos diferenciar un poncho de una manta, que usamos indistintamente gafas, lentes o anteojos, sin percibir las sutilezas del lenguaje.
¿Pan con cecina, pan con chanchito o sánguche de jamón?

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Ciclo


Cada finalización es un nuevo comienzo. Por convenciones sociales e históricas nuestro año está terminando, pero para otras personas todavía falta.
Para mí el año empieza en marzo porque las vacaciones parecen una prolongación del año anterior.
Creo que las cosas pueden comenzar en cualquier momento, más allá de las marcas en el calendario. Cada vez que sale el sol, nos invita a saludarlo y empezar de nuevo.

martes, 25 de diciembre de 2007

Is the end of the world as we know it


Me creo la muerte (siempre uso esa expresión, me gusta) porque me fue bien en el examen de Inglés, por eso el título musical en ese idioma.
Falta poco para que termine el año y siempre nos da por hacer recuentos y balances. A veces gana lo bueno, a veces lo malo. Lo importante y que siempre se debe considerar es que estamos vivos y por eso podemos seguir adelante.
Un abrazo a los que no lo han pasado tan bien.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Regalar


Es rico dar cosas, pensar en un detalle y convertir un día ordinario en especial. Creo que es importante demostrar que nos dimos el tiempo para entregar algo agradable. No me refiero solamente a regalos caros, también a recordar un momento, a una frase o una nueva actitud. Para dar hay que estar atenta (o) y no preocuparse tanto de la fecha.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Niña interior


Ya es 20 de diciembre, así que se despertó mi imagen de hace 27 años. En 1980 recibí una bicicleta verde con canasto blanco adelante. En ella aprendí a doblar en las esquinas apenas rozando el suelo con la rodilla.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Buenos deseos


¿Se fijan en la cantidad de veces diarias que escuchamos "deseos" ligada a un adjetivo que tiene que ver con bondad en esta época de año? ¿Es que el resto del año los deseos son malos? ¿Los "malos deseos" se alejan en navidad? (si así fuera varios no estarían de acuerdo con llamar a la del 24 "nochebuena", oj, oj, oj).

martes, 18 de diciembre de 2007

Platos llenos


Sigamos con el tema navideño y comilón; sólo un par de veces he comido pavo en Navidad. El plato tradicional de mi casa (llamo mi casa a la de mis padres y luego a mi "humilde hogar") es un jamón con costra de mostaza sobre una cama de manzanas y cebollas asadas. Su nombre original es Julskinkan, nosotros le decimos simplemente "jamón navideño" (en estricto rigor es lo mismo, traducido). Es una receta generosamente compartida a mi padre por un amigo bueno para la cocina que vivió en Suecia y la señora sueca de otro amigo nos completó los detalles (como la ensalada que lo acompaña, la "mimosa", que se llama así por una flor, cuyo aspecto se imita al servirla).
Lo preparamos desde que tengo 8 años y ha sido servido también en otras ocasiones especiales (como el bautizo de mi ahijada, donde hicimos tantos que hasta los invitados se llevaron un pedazo).
¡Que comience la fiesta!
(pobres chanchitos, pero esto de ser omnívoros...)

lunes, 17 de diciembre de 2007

Inventiva


Encuentro un muy buen invento el de las bolsas para regalos, vienen con el adhesivo y la cinta, se puede corregir la envoltura si quedó chueca o se pueden añadir más cosas a los paquetes. Tienen colores lindos, diseños originales, varios tamaños... el único problema es que no huelen a papel, entonces no huelen a regalo.
¿La solución? Que los creativos de los desodorantes ambientales saquen el aroma a regalo. Ya existe el olor a bebé, a ropa secada al sol, a primavera, etcétera. ¿Qué tan difícil puede ser el aroma a papel de regalo?. Les dejo la inquietud.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Canciones de acto


En mis tiempos (ya me expreso como anciana) las profesoras a cargo de los actos de fin de año en los colegios sentían una admiración o amor especial por José Luis Perales y el coro españolísimo de niños cantando por que sea verde el jardín, no le apaguen el sol, un mundo feliz, no escuchar el cañón, el que no sabe escribir, el que escribe versos de amor y para ver si nos hacen pensar. Existe en esta época del año una especial sensibilidad medio cursi que se expresa en todo su esplendor en estas actuaciones infantiles. Pero pasan los años y las canciones cambian, aunque el espíritu no.
Desde hace un tiempo se puso de moda Diego Torres, el cantante argentino que parece tener los brazos cortitos, con su Color Esperanza, en diferentes versiones (incluso con frases en portugués), haciendo cantar a la platea y galería al unísono. Yo sé que se puede y quiero que se pueda, pero la dichosa cancioncita hincha las pelotas (es un modo de decir, ya que pelotas no tengo).
¿Son todas las profes que preparan actos iguales?
¿Para el cargo les hacen un test especial?
Preguntas que rondan en el aire.

No se aflijan contando cuántas veces más tendrán que escuchar los temas ya citados, miren que hay lugares en que pensaron otra cosa; en el jardín infantil del que fui apoderada en Valparaíso (¡grande, tía Giglia!) ponían las Nanas de la Cebolla (puede que su intención fuese hacerme llorar... lo consiguieron), los niños representaban a Don Crispín de Charo Cofré (el que es bailarín, cantarín y saltarín) y mostraban cosas más conceptuales con fondo de Dead can Dance (niños y niñas con trajes negros y capas de distintos colores moviéndose por el escenario).

¡Todavía hay esperanza!

Saber que se puede... (disculpen el lapsus, ja ja)

sábado, 15 de diciembre de 2007

Telúrico


Hoy estuvo temblando durante la tarde.
A propósito, hace un tiempo que se acumulan cosas y hace falta el remezón para despertarnos: desde hacer valer nuestros derechos ciudadanos hasta poder respirar aire limpio. Nos hemos dormido al son de las transmisiones televisivas, olvidando nuestros gustos y nuestra naturalidad.
¿Recordaremos el 2007 por los escandaloides faranduleros o por algo que de verdad nos afectó?

jueves, 13 de diciembre de 2007

Más comida


Comer para vivir v/s vivir para comer. Créanme que no es fácil decidir, sobre todo con exquisiteces como estas. Dicen también que comer es un arte, pero hay algunos que hacen arte con lo que se come. Pongan "Minimiam" en el buscador de su preferencia (yo uso google, pero usen el que quieran...¿se acuerdan de altavista?)

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Comidas


El fin de semana salimos con unos amigos y mi marido comió caracoles, los de tierra (helix aspersa). Yo no me animé a probar, porque soy medio prejuiciosa con la comida que no conozco (ni hablar de pagar por un plato y no comerlo). Tengo claras las texturas que me gustan (no la de los mariscos, ni la gelatina muy dura, sentir su consistencia me da un poco de asco) y un caracol no se acerca a mi ideal.
De cosas diferentes he comido ciervo, conejo, pato, jabalí y ganso. No me gustan los corderos, los chunchules, ubres, sesos ni los cabritos.
Créanme que he tratado, pero hay cosas que simplemente no van conmigo.
Me gustan las prietas (morcillas), coliflores, betarragas y brócoli.
Una observación: no me molesta que una persona a mi lado coma guatitas o mariscos, siempre y cuando el olor no me desagrade.

Algunas personas deben ya considerarme odiosa y medio lesa por mis preferencias.
Otra maña que tengo es la de los olores. Si me molesta sentir el olor a ajo o a cloro que queda en las manos, imagínense lo que sufro en el metro durante el verano, en algunos conciertos, o en algunos lugares (como pasar donde estuvo la feria cuando los jugos de los pescados ya se secaron en el pavimento). He inventado algunas tácticas para concentrarme en otra cosa y "sentir menos" los olores, a veces resultan un poco.
En fin, de platos y cosas se nos llena el estómago.
Me comería unos gnocchi con salsa de tomates como los que hacíamos en la casa...

martes, 11 de diciembre de 2007

¡Ay!


No sé si se nos enseña o sale naturalmente al sentir dolor.
Las guaguas se quejan sólo "ahhhhhh", así que debe ser aprendido.
Hay personas que dicen "au".
Yo generalmente soy coprolálica, literalmente; digo "mierda" cuando me pego con algo (como el dedo chico del pie contra la punta de la cama, cómo duele) o cuando me enojo si algo sale mal. También le agrego una "a" previa cuando quiero expresar admiración, claro que cambia la entonación (entran en juego los elementos no verbales -lapsus profesoril-).
Hay personas que se quejan como si tuvieran subtítulos; usan el "auch", "oops" y hasta el simpsonístico "d´ho".

domingo, 9 de diciembre de 2007

Medidas


Cuando alguien dice "hay que tomar medidas en esto" sé que se refiere a términos disciplinarios, pero me gusta imaginar a personas muy serias agarrando una huincha y anotando en una libretita sus resultados. Últimamente han salido varias personas con la frase en los noticiarios, refiriéndose a funcionarios, compañeros de partido que se han salido de las normas y especialmente autoridades policiales hablando de la delincuencia.
Eso de medir cosas es un recurso que todos usamos, se miden conocimientos, hablamos de medir a todos con la misma vara, medir, medir. Constantemente estamos calificando, sopesando, midiendo...

Bueno, yo llego al metro 71 centímetros a pie pelado. Fui del tercio más alto de mis cursos, pero nunca la más alta. Aún así me llama la atención que la mayoría de los políticos, animadores y "rostros" de televisión (los he visto en la calle y en los reporteos estudiantiles) son en general bajos, lo que no pasa con el promedio de las personas que veo diariamente en la calle. En el metro varias veces he sido la mujer más alta del vagón (siempre miro a al gente a mi alrededor), pero todos los días me toca andar un par de estaciones con una niña de al menos un metro 75.
Hay gente que dice que las generaciones actuales, por cosas de alimentación, crecen más. ¿Serán los transgénicos? en mis tiempos decían que las niñitas estaban muy pechugonas por culpa de las hormonas de los pollos, bueno, toda la vida comí pollo y sólo fui pechugona al dar pecho.

Pesos, medidas.
Cerca de donde vivo un almacén se trasladó y avisaron con un cartel que se habían cambiado a 45 pasos. Es cierto; no sé si de ociosa o sólo curiosa por comprobar lo que decían, conté los pasos, que resultaron exactos. Algunas veces también conté escalones, para pasar el tiempo y para saber cuánto falta para llegar.

Qué raro es pasarse el tiempo contando, he escuchado de los relojes interno y biológico, pero los míos no suenan "tic tac" sino con unos gruñidos a la altura de la guata, a veces también un "crac" de codos o "tac" al mover el cuello.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Ortográfico


Me llaman mucho la atención las palabras mal escritas en letreros, avisos y señalizaciones, porque siempre logran sacarme una sonrisa.
Hay casos que pasan, como cambiar una z por s (en calle Alvarez por ejemplo), porque suenan igual pero hay veces en que uno se pregunta qué estaba pensando o qué se fumó el que hacía el letrero. Cerca de mi casa hay una esquina de "Romon" Subercaseaux, pucha antes los nombres nuevos (tipo Bryatan) no se usaban con tanta frecuencia. En un calendario de comida china sanfelipeña ofrecían "repato" a domicilio a todo "san-fe-le-pe"(tal cual, con guiones incluidos) ¿será que el repartidor se llama Pato y cuando pides pato obtienes un re-pato?. Un letrero en la carretera ofrecía "huba", otro "cirguela". No puedo negar que alegraron nuestro viaje, aunque no me acuerdo cuánto costaba el kilo.
Al que les guste el tema puede visitar
www.proyectocartele.com
también www. engrish.com los bilingües

Creer


Hace un tiempo leía el blog de un tipo de asociación de ateos y me sorprendió la manera que tienen de ver a los creyentes (por creyentes voy a definir a quienes adhieren a alguna colectividad cuyo pensamiento se basa en las enseñanzas de un iluminado de origen divino, con preceptos morales y valóricos definidos, léase cristianos, budistas, judíos, islámicos, católicos...); los definen como personas de bajo nivel intelectual que se contentan con un poco de magia y pirotecnia, que creen en dogmas añejos siendo egoístas y excluyentes.
Pienso que se equivocan.
Me puse a pensar en todos estos hombres y mujeres de distintas creencias (supuestamente inferiores según ellos) que han dedicado su esfuerzo, su trabajo e incluso han dado su vida por lo que creen. Realmente no pienso que eso los haga inferiores, los hace humildes y, según mi parecer, eso no es un defecto sino una virtud.
Tener la capacidad de creer es tener también abierta la capacidad de soñar, construir realidades nuevas y actuar de acuerdo al ideal que nos hemos propuesto.
Creer en una dimensión más allá de las fronteras terrenales es tener la mente abierta a la creatividad.
El tratar a otros de inferiores es fomentar el egoísmo y las discriminaciones, y no considero correcto vivir en función de las cosas, con énfasis en tener, escalar y jorobar a los demás.
Creo que como seres humanos (tan pero tan complejos) necesitamos un apoyo que nos aliente más allá del mundo, asirnos a una seguridad y proyectarnos sobre las barreras temporales, eso lo da la fe.
Respeto profundamente al que cree y al que no cree porque estoy convencida de que todos tenemos derecho a argumentar nuestras ideas, pero no tenemos derecho a descalificar al que no las comparte.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Disfaces


Para representar algo o personificar a alguien, es muy útil ayudarse por ropas, accesorios, maquillaje y postizos. Recuerdo con cariño los días en el Jardín infantil cuando nos disfrazábamos de mariposas, con alitas de celofán o de duendes, con barbas de algodón. Más grande los favoritos fueron: ayudante de mago (una versión de odalisca con velos rojos), flor (al que mi papá dedicó tiempo y creatividad, formando cada pétalo con alambre y papel crepé, coronando todo con un cintillo de estambres amarillos) y ratita (que inventé usando un polerón gris con capucha y un cucurucho de cartulina dibujado formando la cara).
Los disfraces infantiles nos dieron ratos agradables porque eran un juego.

Me llama la atención la cantidad de personas que anda disfrazada cada día, no me refiero a que vayan por la vida como Bob Esponja, sino a los que se visten para aparentar: mujeres jóvenes disfrazadas de señoras, con visos, tacos, faldas y kilos de cosméticos, hombres que aparentan seriedad bajo un traje, personas que escudan sus inseguridades bajo un gran logotipo y joyas rutilantes. Hay otros que adoptan caretas, como quienes finjen enojo y distancia para generar respeto (de verdad me cuesta entenderlos), los que bajo una sonrisa pasan malas intenciones, comentarios y malas ondas, los que adoptan una actitud indiferente porque se sienten distintos y solos, los que quieren demostrar interés y buena disposición, pero a la hora de hacer desaparecen por arte de magia...
Disfraces para toda ocasión y lugar. A veces los personajes están tan compenetrados con el papel, que cuesta reconocer a la persona bajo la chapa.

Por otra parte, existen también los trajes para ocasiones especiales, con los que la gente se viste y no se "disfraza de", como los trajes de los novios, los de graduación, bautizo, en general de ceremonias a las que se asiste para cambiar de estado. Ahí el ropaje es parte del rito, como una representación visible de la solemnidad de la ocasión.

También hay ropa que nos identifica con un grupo, creo que está bien para los jugadores de un equipo de fútbol u otro deporte, pero que en otros casos calza con las características del disfraz (representar o hacer parecer algo como lo que no es).

Me carga la ropa con marcas cada vez más grandes, porque dejan de cumplir su objetivo (vestir) para transformarse en instrumentos de discriminación. Me gusta lo original, individual, que exprese lo que se es y se siente de verdad. No me gusta verme igual que una foto de revista, que un maniquí de tienda o que alguien a quien no conozco.
Los invito a que la próxima vez que busquen ropa, se guíen por sus gustos reales más que por los consejos estilísticos de una consultora de modas, les aseguro que se sentirán bien.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Versada


No quiero decir que sea una erudita, usé el título como juego de palabras para hablar de los versos. Creo que las rimas son extremistas, tienen un matiz muy solemne, por un lado, y muy popular por otro; Bécquer, García Lorca y Huidobro con su exquisitez, Parra, Lihn y Redolés con su visceralidad. Las rimas de los hiphoperos en la calle, las décimas campesinas del canto a lo divino, Pezoa Véliz y su perro vagabundo.

Hacen falta las rimas de la clase media- media. Creo que Gabriela Mistral partió haciéndolas, pero poco a poco a través de sus escritos nos damos cuenta de su tremenda intelectualidad y vanguardia, pasando a un plano superior.
Insisto en que la poesía es extremista porque es emocional, flota en el aire o se entierra en el barro, sin medias tintas. En fin , el arte toma elementos de la vida diaria y los sublima hacia un significado diferente, por eso debe ser que mantiene rasgos de los dos mundos.

Las canciones son poesías de lo cotidiano (aunque encuentro un poco siútico a Arjona, por ejemplo), me encanta Víctor Manuel cuando dice " Digo amor y digo Libertad, que tu cuerpo es el timón que hace dibujos en el mar".
Clasificaría entonces a las canciones como la poesía de la clase media.
¡Vamos a cantar entonces!

martes, 4 de diciembre de 2007

Palabras viejas


He escuchado muchas veces "en esta época del año", "en esta época" y "era otra época", me di cuenta de que hay palabras que denotan seriedad, que algunos pueden confundir con erudición y otros simplemente asociar a vejez.

Hay términos usados con poca frecuencia que vuelven a tomar fuerza en la lengua, muchas veces por moda. Antes de Liniers, sólo decían "macanudo" un par de señores pepepatos (eso viene de José Patricio, nombre asociado a la clase pudiente), solamente las abuelitas hablaban de "polleras" antes de que alguna revista de modas resucitara la palabra.

Los que no se ha vuelto a incorporar son : botica, paletó, bidet (aquel para asear las partes pudendas), mercería, olla podrida (un guiso colonial), chaqué...falta que alguna tribu urbana con presencia mediática los acuñe para que salgan en manuales de revistas juveniles y se masifiquen nuevamente.
Un detallito, antiguamente se usaban muchos términos franceses, porque era la moda. (Si se fijaron en los ejemplos que cité).

Voy a mantenerme atenta a ver si escucho más palabras rescatadas del baúl de los recuerdos. Acepto contribuciones.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Navidades


Por Dios qué rico es el Cola de mono (o ponche en leche, depende de dónde vivan), sobre todo el preparado con cariño. Tiene olor a casa, recuerdos, juegos y alegría. Aunque yo lo probé grandecita, de niña también sentía el aroma de las especias tan característico. El olor del papel de regalo también me trae a la memoria la expectación y risas al abrir los presentes frente al pesebre. Una guagua en moisés tejido y un juego de tres pisos de bandejas con ruedas, llenas de platitos, cubiertos y teteritas fueron regalos que disfruté muchísimo. Me acuerdo del olor del pino que adornábamos con guirnaldas rojas y doradas, pinchándonos de vez en cuando. La misa del gallo llena de animales que a ratos distraían a la gente con ruidos y balidos.
Recuerdos lindos porque se construyeron en familia.
Espero que los niños de hoy tengan esa oportunidad en Nochebuena.

jueves, 29 de noviembre de 2007

De color


Me llama la atención lo amplias que pueden ser las palabras y el uso que se es da, por ejemplo, hablar de cosas "de color"
Si se refieren a personas, son negros.
Los huevos, son cafés.
Si hablan de ojos, son claros.
Si es ropa, de colores brillantes (yo la llamo ropa de calle, versus uniforme).
¿Es que las otras cosas no tienen color?
¿Los otros huevos son transparentes?
¿La otra gente es fucsia?
Casualmente hoy hablé de eso con dos personas.
Colorín colorado

El garabatero


Existen de todas las edades, tamaños y colores. Son especímenes fáciles de encontrar. Tienen siempre a flor de labios un rosario que haría sonrojar a un feriante (disculpen por favor los feriantes que no garabateen). Ante el menor estímulo, reaccionan, como si hubieran estado esperando el momento para desahogar su garganta. Ven todo como una provocación, dos segundos de retraso para avanzar en el semáforo y paf!, lanzan las pachotadas. Es tan común para ellos el insulto, lo tienen tan asimilado a sus vidas, que no les importa largarlo frente a cualquiera.
Son peones de una red de violencia que se manifiesta en las actitudes y el lenguaje, no saben diferenciar los contextos ni tienen respeto por los demás. Tristes personajes.
Anoche me topé con uno, al principio te desconciertas, después da un poco de rabia la sobre reacción y el insulto, pero si caemos en su juego, logra el objetivo y tiene argumento para seguir insultando.
Qué difícil es no devolver sacada de madre por otra, sobre todo cuando la primera fue injusta.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Inoportuno


Cuántas veces por un comentario poco afortunado se ha armado la grande, dichos, toses, atoros o picor de garganta fuera de lugar. A veces hasta risas o llantos fuera de contexto nos ponen en situaciones incómodas o derechamente vergonzosas. Bien lo saben políticos, animadores y conductores de noticias, también la gente que no sale en la radio o la tele. Cuando se supone que debemos ser serios se arranca la risita nerviosa, dejándonos colorados. En esos momentos, ¡pucha qué mal se siente uno!, desubicados, irrespetuosos, desordenados, poco serios, todo mal.
Lo peor es tratar de disimular, porque se hace más evidente y el problema se agrava. Es como alguien que después de equivocarse en una palabra dice "
perdón" y la repite.
Por eso es bueno tomar precauciones, antes de hablar en público tomar agua, llevar un pañuelo a la mano, si no sabemos el nombre de alguien a quien nos dirigiremos, anotarlo o usar un genérico (estimado señor o querido amigo sirven), no mirar las muecas de los compañeros... Aunque si de repente se le arranca un impensado comentario, no se preocupe tanto, somos humanos (aunque debe cuidarse si se es representante de un partido, profesor en clase o futbolista, porque esos detalles pueden condicionar el recuerdo que se tenga de usted).

martes, 27 de noviembre de 2007

¿Solidarios?


Faltan pocos días para inaugurar la Teletón de este año, me parece una buena iniciativa por los fines que persigue, pero tiene un peligro: algunas personas sienten que colaborando un día (en rigor 27 horas) al año su índice de solidaridad está completo, que "están cubiertos" respecto a lo que de ayudar al prójimo se refiere.
"¿Cómo voy a ser mala persona si di luca para la Teletón?. Pero si yo di dos lucas, más que el presupuesto aprobado para el Transantiago".
Qué fácil pensar que por un esfuerzo breve somos automáticamente mejores y no necesitamos hacer más, entonces seguimos garabateando al conductor, colándonos donde sea y haciendo lesos a quienes podamos.
Lamentablemente la Teletón se convierte en la excusa de los corazones duros.
No se trata de que posterguemos todo lo que queremos y nos hagamos médicos sin fronteras (respeto profundamente al que sienta ese llamado, aquí lo cité sólo de ejemplo), sino que sepamos actuar con amor todos los días, en las cosas simples: ayudar cuando podamos, respetar la fila (mi tema fetiche a estas alturas), agradecer las amabilidades, no empujar a la mala en el metro, pedir disculpas si casualmente pasamos a llevar a alguien.
Al ver la meta monetaria de las "horas de amor" nos sentimos parte de un espíritu solidario, pero si de verdad no respetamos día a día a los demás ese gesto, que tanto hizo hinchar el pecho, no vale de nada.
Dejemos que el espíritu solidario (también conocido simplemente como amor) se haga parte nuestra.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Que se joroben


Me di cuenta de que no tengo por qué cargar con el mal humor de los demás. Muchos acostumbran descargar la rabia con el del lado: una mala palabra, un empujón o una cara fea.
No es mi culpa, para nada. El que está enojado es el del problema.
No digo con esto que no importa lo que le pase al prójimo o que hay que echar la empatía y solidaridad por el caño... digo que no hay que sintonizar con malas ondas.
Si tuvo un mal día ¡no me jorobe!

Muévete, retuércete


Pucha que molesta andar con las tripas saltonas. Uno despierta de lo mejor cuando de repente viene el retorcijón (o retortijón, como quieran llamarle, ambos nombres son correctos) y ahí se nos acaba la tranquilidad; hay que correr al baño, pensar en rutas cortas hacia donde vayamos, inventar algún menú especial... sin hablar de la sensación misma de dolor que por algunos segundos nos hace transpirar frío.
Ahora, cerca de las fiestas navideñas y de Año Nuevo, hay que cuidarse un poquito, no tanto para evitar engordar, sino para evitar ser víctimas del desagradable retorcijón.
¡Manzanilla para todos!

sábado, 24 de noviembre de 2007

Vendo recuerdos


Creo que la música es lo mejor para recordar, porque nos hace rememorar una atmósfera, además, tatarear o cantar es gratis. No como los merchandising.
Mucha gente recuerda a fuerza de cosas... los mecanismos de la memoria son sabios, y hacen que recordemos lo que necesitamos ¿para qué saturarnos de Gi Joe o Barbapapás si nuestra cabeza no era capaz de otorgarles un sitio?
Los hábiles comerciantes han descubierto una veta profunda... vender recuerdos. Temporadas completas de Angel que nadie necesitaría ver de nuevo (a menos, claro los verdaderos fanáticos), es como si de nuevo los domingos en la tarde dieran Heidi y los martes re transmitieran a Merino.
Los recuerdos tienen un valor único porque están contextualizados por el valor que les otorgamos. Qué fome es ver de nuevo Blanca Nieves.
Tanto necesitamos asirnos a una seguridad que compramos todo lo que nos recuerde la infancia... de repente con cosas que ni nos gustaban tanto.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Asimetría


La gente en las ciudades se siente superior a la del campo, muchas veces he escuchado que se refieren despectivamente a los provincianos y sienten algún tipo de status diciendo"es que yo vengo de Santiago".
Pues bien, los tan civilizados citadinos suelen comportarse como animales, tal cual. La gente de provincia en su vida más pausada todavía respeta las filas.
"Qué corriente el comentario de hoy" pueden pensar ustedes, y están en todo su derecho, sólo los invito a recordar cuántas veces unas lindas señoras que miran respingadas a los demás se cuelan en las filas, se suben a la micro sin pagar e insultan a quienes no les parecen dignos. Cuántas embarazadas se quedan sin asiento porque unos caballerosos muchachos tienen la tendencia al sueño instantáneo (casi mágico diría yo). Cuántas mujeres y niñas han sufrido con las manos de un degenerete que les agarra una presa. Cuántos porteros de edificios y guardias de comercios han tratado mal a alguno que no se ve "decente".
No con esto quiero idealizar la vida en los campos, que también tiene desventajas y sus personas defectos, mi punto es hacer ver que no podemos envanecernos de algo falso, descalificando de buenas a primeras. Mucho prejuicio dando vueltas, mucha violencia silenciosa. Mucho de ver los defectos ajenos.
Tal vez en mi casa tengo más cosas, o contesto más rápido una prueba, pero no por eso soy mejor o peor al que en este momento está pasando por la Alameda.
Recuerden que la soberbia es pecado, y de los feos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Temporal


"Todo tiene su tiempo", puede ser un consuelo o una justificación, pero siempre implica la conciencia de que todo tuvo, tiene o tendrá la oportunidad de florecer y desarrollarse. Podemos verlo como un llamado a la esperanza frente e cosas que queremos y aún no ocurren o como una triste despedida a lago que duró menos de lo que hubiésemos querido.
Hoy, mientras esperaba que abrieran el banco y se me acercó un perro que finalmente se acomodó a dormir bajo la banca en que estaba sentada, estuve mirando los edificios alrededor, todos antiguos, algunos remozados y pintados, me encontré con unas gárgolas con cara de león tan parecidas a las caras de la pileta chica de la plaza de Los Andes...(ahí donde estaba la única pileta para tomar agua y los asientos de fierro).
Pensé que es difícil darse cuenta de cuando es el tiempo propio, muchas veces nos pasamos pensando en que alguien se va a dar cuenta de nuestro valor, que por fin se van a reconocer los esfuerzos, otras veces creemos que antes fuimos más felices. ¿Saben? eso no es correcto; nuestro tiempo es este, se alimenta de nuestras experiencias y se proyecta con nuestras esperanzas. Para que los otros reconozcan nuestro valor hay que partir reconociéndolo uno mismo. Si queremos que crean en nosotros, partamos creyendo. "Conócete a ti mismo" decía la inscripción del templo de Apolo en Delfos, no quiero ir tan lejos pero digo"quiérete a ti mismo"ahora, en lo que estés haciendo, porque este día es tu tiempo, aquí es tu lugar.
(Esta entrada suena un poco clisé, pero hay cosas que es necesario recordar de vez en cuando)

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¡Salud!


Ya que se acerca la celebración de año nuevo, también los hacen los buenos augurios: salud, dinero y amor. Yo creo que se buscan tanto por lo mal que nos sentimos cuando faltan, andamos todo el día pensando en aquello y están los tres muy relacionados: Cuando nos falta la salud, se nos va el dinero y algunas veces el amor. O estamos tan mal que eso nos impide tener tiempo para el amor. Si no tenemos amor, se nos va a la cresta la salud mental. Sin dinero nos deterioramos y perdemos la salud.

Como hay que aprender algo cada día, aquí unas definiciones
Salud, según la Organización Mundial de la Salud, es: el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades.
Dinero, según el Ministerio de Economía, es:
el equivalente de todos los bienes y servicios de una colectividad. Por su aspecto externo puede ser moneda cuando es de metal, o billete cuando es de papel. Tiene cuatro funciones: como instrumento de cambio, como medida de valor, como instrumento de capitalización y de movilización de valor, y como instrumento de liberación de deudas y obligaciones.
Amor, según la Real Academia de la Lengua Española, es: Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.

Buenos deseos para quienes leen
Adiós

martes, 20 de noviembre de 2007

Bla bla conmigo misma


A medida que avanza la tecnología, nos hacemos cada vez más esclavos de ella: gente que se desespera cuando se descarga el celular, otros que se enojan cuando alguien no contesta. Sin querer estamos siguiendo todas las recomendaciones de las empresas y, de paso, gastando electricidad como locos. ¿Cómo conciliamos el "progreso" con los requerimientos energéticos?
Usamos más energía, pero no queremos más plantas termo o hidroeléctricas (las "energías alternativas" están definitivamente fuera del espectro de lo conocido).
Es como los que piden mano dura pero se oponen a la construcción de cárceles.
Cada vez compramos más cosas, generando muchísima basura, pero no queremos plantas de manejo de residuos y ni por si acaso pensamos reciclar. La sola idea de separar la basura es de otro planeta.

Causa-efecto
Acción- reacción
Tesis- antítesis-síntesis
Operaciones y lógicas olvidadas en algún cajón oscuro.
La inmediatez conlleva una visión desechable, de vivir el día sin pensar en ninguna consecuencia. Lo vemos en el cabro chico que roba sin imaginarse que por eso puede ser castigado o el joven que mató a otro de un batazo en la cabeza (en realidad varios). El que gasta sin pensar que mañana no tiene se parece también, como el que tira basura en las acequias o el que descarga desechos en los ríos.
Sin proyecciones, ¿cómo cresta nos imaginamos el futuro?¿cómo lo creamos sin una base? Se dice que hemos perdido la capacidad de soñar, pero creo que la hemos permutado por la de consumir amnésicamente (quiero-tengo, sin esfuerzo), desvinculando a todo de las valoraciones que pudieran tener.
Si no somos un poquito responsables y nos sentimos seres en un mundo y un entorno compartido con otros ¿con qué derecho exigimos cualquier cosa?
Pensamos en todo con un sentido utilitario, cosas que se usan y se botan donde caigan. Esa forma de ver se filtra en todo y se termina tratando a la gente como cosas que si no sirven, se botan, de nuevo sin importar dónde cayeron.
Es necesario despertar a al imaginación, que le dará un codazo a la empatía, para que por fin nos "caiga la teja" ; cachemos que no estamos solos y la vida se hace entre todos, que algunos estuvieron antes y otros estarán después, siendo realmente solidarios (porque no vale serlo una vez al año dando algunas monedas).
He dicho
(más bien he escrito)

lunes, 19 de noviembre de 2007

Calor


Es agradable poder andar con mangas cortas, pero a veces las temperaturas parecen no estar de acuerdo con las posibilidades humanas. Aparte de temperaturas sobre 30°C en primavera, en el norte terremotea. La gente llora y grita, pero así y todo no estamos captando el mensaje; la tierra nos dice cosas y, tan atareados buscando dinero, ya no somos capaces de escucharla como hacían los humanos de hace un tiempo.
No son gritos de auxilio, sino señales de alerta, la tierra no busca que la salvemos, sino que sepamos y podamos vivir, eso es respetándola.
Bien dice Nicanor (más agradable aún cantado por Pancho Sazo):
El error consistió
en creer que la tierra era nuestra
cuando la verdad de las cosas
es que nosotros somos de la tierra

viernes, 16 de noviembre de 2007

La loca esa


De a poco me ha vuelto la costumbre de cantar en la micro. No me subo a pedir monedas, sino que canto las canciones de mi pérsonal (disculpen los más jóvenes, para mi sigue llamándose así). No las tarareo, las canto. Me sé la letra de muchas canciones y las que seleccioné para escuchar son una muestra de mis favoritas, por lo que puedo repetir alrededor del 90 por ciento. Al principio las cantaba muy despacito, casi imperceptibles para el que iba al lado, ahora canto nomás (a volumen moderado eso sí, la idea tampoco es dar serenata).
Cuando me bajo y cruzo por la pasarela canto más fuerte si no viene nadie. Así que si de repente ven o escuchan a una loca pasando que canta "Somebody to love", soy yo.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Susto


Ayer el la tarde me tocó ver cómo un cabro chico le robaba la cámara a una turista en la Quinta Normal, debe haber sido en 5 segundos y él no debe haber tenido más de 13 años. La gringa lo salió persiguiendo y el niño se arrancó. Mi primera sensación fue impotencia, de no poder hacer nada, después me dio un poco de susto, pensé que ese niño, de seguir así, en poco tiempo va a andar asaltando. Me imaginé la cantidad de niños que hacen eso diariamente y por qué. El que vi no estaba desnutrido ni con ropa vieja, al contrario. ¿Habrá alguien en su casa que se extrañe cuando llega con cosas y con plata de la calle?
Me dio pena, por el niño y por la gringa, por los otros cabros chicos que andaban bañándose en la laguna y que tal vez vean el robo como lo más normal del mundo. Me dio pena que haya gente que se sienta con derecho de quitarle algo a otra.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Entre el cemento


Hoy me fijaba en las flores que crecen a la orilla de la carretera, pensé también en las raíces de los árboles que rompen las veredas y los pastos que salen entre los bloques de cemento. Me acordé de haber escuchado más de una vez acerca de la fuerza de la vida que se las arregla para aparecer en cualquier parte.
A mi más bien me parece que es una lección de humildad; si estamos vivos nos aplastan, ensucian y pisotean diariamente, y la naturaleza nos muestra que es posible sobrevivir. Por más que quemen el árbol, en el tiempo que corresponda (pueden ser décadas) aparecerán los brotes vivos del mismo ser.
Todo tiene su lugar preciso y aunque nos despojen del nuestro, poco a poco nos las arreglaremos para asomar una hojita y volver a hacernos presentes, aunque sea sucias y marchitas, como las lavandas en la carretera.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Arte en la calle


Me gusta ver que hay personas preocupadas de expresarse y, de paso, darle un sello personal a las paredes. Siempre me fijo en los graffitis, afiches y autoadhesivos que pegan en las señales de tránsito. Me gustan especialmente los esténciles (Stencil) porque son muy ingeniosos y en general más críticos o de denuncia, creo que son activos e interactivos, que se comentan y producen un efecto de choque. Transforman el entorno y a pesar de ser seriados imprimen identidad a un lugar.
Hace poco vi en al Alameda un afiche en blanco y negro, donde aparece una cintura de mujer, rellenita, con la frase "los 60 cms a la mierda".
Me gusta también una conejita (autoadhesivo) que hay cerca del metro Toesca en un signo de máxima 50, el duende de Liniers que pusieron en la caseta afuera del metro Quinta Normal (antes de que la pintaran verde), el esténcil de un perro abandonado es una animal que sufre en la esquina nor poniente del metro Santa Ana, el graffiti de gatos, palomas y peces en la plazuela Elauterio Ramírez (ascensor Cordillera) y el mural mexicano chileno afuera del museo Lord Cochrane.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Sueños


Me gusta soñar con gente que no veo hace tiempo, porque siento que estoy cerca de ellos de todas maneras. Hace poco me estuve acordando de la Claudia, una amiga que hace varios años se fue bien lejos y fue lindo soñar que conversaba cara a cara con ella. Otras veces me acuerdo de compañeras de colegio, gente de la Universidad o parientes que no veo hace tiempo o que ya han partido del mundo.
Un punto aparte merecen las cosas que sueño despierta, como qué haría si me gano el loto. Me entretengo bastante en los viajes imaginando que visito lugares espectaculares, que conozco a mis héroes, que salvo al mundo... una costumbre que tengo desde chica.
Después de eso quedo contenta, de buen ánimo.
Post Data: También me gusta la canción "Castillos en el aire" de Alberto Cortez con el duende de las cosas que tienen mucho que ver con el amor.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Cocina y casa (declaración de principios)


En los tiempos de nuestras abuelas saber cocinar era imprescindible para una mujer, las labores hogareñas eran el fin último de la existencia femenina, la máxima de las ambiciones. Raro, ¿no?.
Aunque todavía quedan especímenes cuya meta es un pretendiente adinerado, la mayoría de las mujeres que conozco ve a la casa y la familia como un complemento al desarrollo de sus vidas, una esfera necesaria, un hito que marca sus vidas, pero no lo único de la vida.
Me producen curiosidad las mujeres que viven por sus hijos, con esto me refiero a que les hacen las tareas, estudian por ellos, leen los libros que les corresponden... sólo falta que se pongan la camiseta de fútbol y los reemplacen en el juego. ¿Qué pasará por sus cabezas? A lo mejor creen que no se aprende haciendo, que van a aprender a arreglárselas solos por imitación y que cuando ya no vivan con ellas encontrarán a una persona que haga todo por ellos (y la odiarán por eso). Mujeres cuyo valor (en su cabeza) es ser necesarias: el trillado "Te quiero porque te necesito".
Las agrupaciones de derechos humanos debieran reclamar por esa idea instalada en nuestra sociedad, porque resta de valor y dignidad a las personas, relegándolas a ser medios y no fines.
No estoy llamando a la la flojera ni menos al descuido, considero que repartir roles hace bien, que no por ser niño está imposibilitado para ayudar a sacudir o llevar su plato (algo correspondiente a su edad nada más), que no por ser hombre debe ser servido. Quienes queremos debieran conocer las tareas, sopesar el esfuerzo que llevan, para que valoren lo que hacemos y se sientan motivados a colaborar y sentirse parte de la casa.
Si criamos hijos e hijas (ojo, también maridos) engañados con que todo se hace mágicamente, les quitamos la posibilidad de sentirse útiles, los instalamos en un rol pasivo, les damos cuerda para que pida y pidan sin límites... y
en lugar de compañeras o madres nos sentimos sirvientas que nunca reciben retribución a sus esfuerzos.
Compartir hace bien, pero no sólo convidar algo, sino realmente participar en un proyecto común, que se manifiesta en cosas tan cotidianas como preparar el almuerzo. Una frase decía que no hay que dar los pescados sino enseñar a pescar, bueno, enseñemos a cocinar, planchar, lavar, limpiar, etcétera.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cumbre y desvíos


Con lo de la reunión iberoamericana de presidentes el centro se convierte en una majamama de recorridos y caminos alternativos. Podemos pensar que con tan ilustres visitas se hace lo que muchos estilan: barrer la basura debajo de la alfombra, sacudir por "donde mira la suegra"(nunca tuve que recurrir a esa vieja artimaña: mi suegra es súper piti) y poner adornos en las pifias de la pared. O sea, hacer pasar las micros problema (que en realidad son un macro desajuste) por otra parte para que los mandatarios no se vayan a llevar una impresión equivocada de nuestra bullente situación.
Eso diría un criticón pesimista.
¿Qué diría el optimista?... ¡ajá!, claro, que es una oportunidad para cambiar el paisaje, volver a ajustar la mirada, sorprendernos nuevamente con las cosas sencillas (qué lindo este edificio, por el otro camino no lo veía/ ahhh, ya sé por donde irme cuando venga a pie/ así que aquí quedaba la dichosa calle).
Como yo soy genéticamente rezongona y convencidamente optimista, creo un poco de ambas.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Palabras más, palabras menos


A propósito del título musical, mucho se comenta la inclusión de nuevas palabras aceptadas por el diccionario de la Real Academia, lo dije en entradas anteriores, y me parece bien que ampliemos el vocabulario. El problema es que de las miles de palabras a nuestra disposición, usamos un porcentaje muy bajo. Cuántas expresiones se quedan sin salir del envoltorio, nuevecitas, empolvándose en los estantes.
Para que la lengua viva hay que usarla, hay que incorporar nuevos términos, pero no olvidarnos de los anteriores. Una vez escuché que dentro de las recomendaciones de expertos para entrenar la inteligencia, se sugería buscar una palabra poco usada en el diccionario, comprender su significado y usarla en situaciones cotidianas.
¡Hable mejor y sea más inteligente!
Por ejemplo: "En clase de danza aprenderemos el rigodón"

martes, 6 de noviembre de 2007

Todo grande


Todo en gran tamaño no significa necesariamente que se haga a lo grande o por lo más alto, a veces la acumulación se hace para mostrar o demostrar algo. Acá en la capital todo es Extra Large: los edificios demasiado altos, estatuas y monumentos enormes, las calles demasiado congestionadas, la gente muy apurona, los supermercados eternos, los sándwiches rebosando ingredientes en las vitrinas. ¿Todos creen en el amuleto de la abundancia?
Hay cosas lindas, que vale la pena que sean grandes para que puedan disfrutarse, como parques, plazas y paseos, pero otras que preferiría menores, como la altura de los edificios.
El sándwich, la cazuela, la empanada, el completo más grande del mundo... ¿qué queremos demostrar? ¿Y a quién?
Todos los días se me sale lo provinciana... espero que no se me pase nunca.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Palabras mágicas


Descubrí una frase que funciona como magia en la ciudad, en el campo no tiene tanto efecto porque es más cotidiana. No es "Abracadabra", ni "por favor", tampoco, "Dhuir", "Hocus Pocus", "Alakazam", "Shazam", "Sabadabadán" o "supercalifragilisticoespialidoso".
Lo lindo que tiene la frasecita es que se dice sonriendo y al contacto con los dientes produce un efecto de espejo en el interlocutor. En casos extremos, cuando el interlocutor es incapaz de esbozar una sonrisa por los años de atrofia muscular empática, éste se da el tiempo de mirar, durante un lapso de 1 a 2 segundos, a la persona que pronunció la virtuosa frase.
Como esto no es adivinanza, sin rodeos: "Buenos días".

jueves, 1 de noviembre de 2007

Diversión


Es bien distinta la definición que cada uno le da, por ejemplo, a mi me aburre andar mucho rato dando vueltas en el Mall, me cansa la multitud y su murmullo interminable. Me gusta ir a buscar algo que quiero desde hace tiempo (como un buen libro de historietas) a un lugar específico, y a la pasada tomarme un helado de yoghurt, un juguito o un chocolate caliente (depende de la época del año). Prefiero ir temprano y día de semana para no ahogarme en el mar de gente.
Me dan lata las pobres guaguas que van a puro recibir microbios y la gente que considera los pasillos como pasarelas, imitando hasta en los detalles más mínimos a los maniquíes de las tiendas. (No me gusta andar vestida igual a alguien, si pudiera me haría mi propia ropa, pero ese talento no lo tengo, así que trato siempre de buscar algo poco "serial").
Me gusta caminar, juntarme con amigos, reírnos, cantar, comer, visitar gente, escuchar música, andar en tren y caminar a pie pelado por la arena.
A esas cosas sí las llamo diversión.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Brujas sueltas/All hallow´s eve



Resulta que al final todos tenemos ascendencia celta, de otra forma no me explico el asidero que tiene la fiesta de brujas en nuestro hemisferio. Sí, es rico que te den dulces y disfrazarte, pero ¿tenemos que hacer caso tan ciegamente a la publicidad y los hábitos del merchandising?
No creo que sea bueno "comprarse" todo lo de afuera, y menos si sólo se trata de un gesto sin más valor que el monetario.
Distintos son los grupos que celebran el nuevo año por creencia o tradición, nada que decir sobre ellos.
No me opongo a que los niños jueguen y se diviertan, pero sí me opongo a que les impongamos modelos que ni siquiera los adultos entendemos, sopesamos o valoramos.(¿Saben qué es Samhein, quiénes Pomona y Jack-o- lantern?)
Es rico celebrar, a mí también me gusta, pero démosle una vuelta y busquemos personajes más cercanos a nosotros (aunque no creo que tenga mucho éxito si disfrazo a mi hijo de Pedro Urdemales, ja ja) ¡como Condorito!. Díganme que no sería sorprendente y divertido que te toquen la puerta para pedir dulces y sea el pajarraco, o Mampato.
Wena mi idea...


martes, 30 de octubre de 2007

En la fila

Alguien debe haber calculado en algún lugar del mundo cuánto tiempo nos pasamos haciendo fila para esperar algo (pesar, pagar, cobrar, reclamar, elegir, probar, entrar, etcétera), creo que más de alguien debe haberlo hecho. Esos días en la vida ¿son tiempo perdido?
En el caso de no tener otra actividad son oportunidades para observar gente, a veces con ropas estrafalarias, con algún tic, o con olor a naftalina. Yo juego a inventarles historias, que piensan cosas, que traman algo, que se van a juntar a la salida. Me entretengo bastante. Pensándolo un poco creo que eso viene de mi abuelo materno, que estuvo mucho tiempo en cama y miraba desde la ventana al parque forestal. Ya conocía las rutinas de todos los que pasaban y creo que hasta les tenía nombres. Ahora las cosas que pasan en el parque superaron cualquier ficción...
Volviendo a lo de las filas, es choro esperar antes de un recital, porque la gente va a pasarlo bien, conversan, se ríen y hasta cantan, en cambio la fila para pagar la luz es de lo más fome, porque la gente se enoja, mira mucho el reloj y reclaman con cara de odio. En las del supermercado siempre hay gente calculando cuánto les va a salir (como que cuentan mirando el techo) y niños echando medio escondidos cosas al carro (a mis compadres una vez les pasó que ordenando las compras encontraron un tarrito de pintura que la hija pensó que necesitaban).
Para enfrentar cada mes hay que tener paciencia, porque al principio, en la quincena y al final hay algo que pagar, películas que ver, música que escuchar, pan que comprar, y otros tantos.
El pago automático de cuentas es un buen invento, pero de vez en cuando es bueno mirar un poco a la gente en igualdad de condiciones, porque las filas ordenadas son democráticas, se respeta a los adultos mayores y a las embarazadas.
Súper civilizado, oye.

lunes, 29 de octubre de 2007

Ojos


Me gusta mirar a los ojos a la gente mientras hablamos, creo que así nos entendemos mejor, pero cada vez cuesta más.
Las personas hablan cara a cara cada vez menos y cuando lo hacen están ensimismados (entregados a sus pensamientos, ajenos al mundo circundante).
Me cuesta creer que muchos niños y niñas no escuchan
casi nunca las voces de quienes los acompañan : no se les pregunta qué sienten, qué quieren o qué imaginan, no se les relatan historias, juegos o chistes, no se les canta...
Después esas mismas personas se quejan de la poca iniciativa, imaginación y concentración de los niños en cuestión.
¿Por qué Hi- 5, Barney y los Telettubbies (en su momento) tienen tanto éxito?
Porque se ponen a la altura de los niños, interesándose por lo que piensan, considerándolos dignos de atención, construyendo mensajes atractivos según sus gustos e interpelándolos directamente.
(No creo haber "descubierto la pólvora" con esa reflexión).
Cuántas veces nosotros mismos añoramos que alguien nos escuche.

Sacando una idea en limpio: una sencilla mirada puede hacer la diferencia.


sábado, 27 de octubre de 2007

Desconcierto


Me pasa a veces eso de sentirme como pez fuera del agua, por ejemplo cuando intento caminar más lento, o cuando me detengo a mirar los detalles de las edificios del centro. Al principio me daba como vergüenza, pero ahora me río por dentro. Tantas veces me ha pasado también estar al otro lado: no saber ponerme en el lugar del otro, ir tan enfrascada en mis pensamientos o deberes sin entender al que sonríe.
Es una delgada línea entre sentirse especial y sentirse raro, va a depender del contexto.
Creo que la gente en general ve con malos ojos al distinto (en todo sentido) y digan lo que digan en Santiago tampoco reina la tolerancia.
Me siento diferente en un buen sentido cuando me preguntan dónde queda algo, o cuando las viejitas me piden ayuda para subir una escalera (eso me pasa en el centro).
Me siento diferente en mal sentido cuando unas viejujas que no me habían visto me miran con ojos que dicen "me vas a asaltar", cuando lo único que quiero es pasar para seguir caminando (eso me ha pasado en Providencia).
Más feo fue cuando me acerqué al kiosco de afuera del Paseo Las Palmas (por Av. Providencia, al lado de las flores) y muy amablemente (incluyendo el disculpe y por favor) pedí una referencia, a lo que la señora (no sé si merece ese apelativo) me contestó a garabatos, "argumentando" que no estaba para responder preguntas, a lo que respondí asombrada (y sarcástica por supuesto) "gracias por la amabilidad", con lo que esta mujer terminó el rosario acordándose de mi madre.
Me extrañó una vez en el metro, hora descongestionada, cuando intentamos sentarnos con mi hijo (cargado con 2 mochilas bien pesadas y habiendo al menos 4 asientos disponibles), un hombre mayor que nos retó por intentar usar los asientos. Cuando le pregunté por qué no podíamos salió con una serie de cosas: que era una maleducada, que criaba mal a mi hijo, que iba a ser "maricón" (así dijo él) porque no era capaz de irse parado, y un largo etcétera. Le hice ver que había varios asientos desocupados en el vagón, pero él siguió con su discurso de la "buena educación". Ya casi desmoronada mi fe en la humanidad, varias personas que iban al lado me dijeron, empáticos, "no le haga caso".
Eso de verdad me impactó, di varias vueltas al asunto, caminando hacia la casa hablé con mi hijo explicándole que las personas a veces tienen malos días y andan enojados con todo el mundo y otras varias creen que sólo lo que ellos piensan o creen es cierto, (creyendo que los demás están equivocados, son tontos o malos). Aunque reconozco que fue difícil sacar la moraleja del asunto porque me sentí pésimo al recibir tanta violencia de sopetón.
En fin, prejuicios y formas despectivas hay en todas partes, lo importante es no caer en el jueguito y no dejar que unas cuantas nubes feas nos arruinen los planes.
Es lindo sentirse único y creer en lo que se hace.

viernes, 26 de octubre de 2007

Usted


Cuando no conocemos al interlocutor, lo tratamos de Usted, si pasa un poco más de tiempo podemos llegar a decirle "tú", pero eso depende de algunos factores: la edad de diferencia (por mucho que conversemos con la señora del segundo piso de perros flores o feria, no se llega a tutearla), la relación laboral (es bien difícil, sobre todo en empresas burocratizadas, que los subalternos tuteen al jefe) y la distancia que queramos poner en la conversación (si no quiero que me tuteen, yo no lo hago). En general se usa en las interacciones asimétricas.
¿Pero qué pasa el las relaciones más simétricas que existen???
¿Por qué al "mi amor" le sigue el "usted"?
No creo que sea por diferencia de edad o algo de eso.
Somos extremistas: a los que no queremos nada o a los que queremos mucho les decimos usted. O cuando alguien critica a otro, mirando la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, se le responde: "¿y usted?"
Un punto aparte merecen los casos de familias con más reglas, en las que nunca se tutea a los padres, menos a los abuelos (costumbre que se da más en el campo), o a algunos países, como Colombia, donde todos tratan a todos de usted.
Es raro eso.
¿Usted qué opina?