viernes, 23 de noviembre de 2007

Asimetría


La gente en las ciudades se siente superior a la del campo, muchas veces he escuchado que se refieren despectivamente a los provincianos y sienten algún tipo de status diciendo"es que yo vengo de Santiago".
Pues bien, los tan civilizados citadinos suelen comportarse como animales, tal cual. La gente de provincia en su vida más pausada todavía respeta las filas.
"Qué corriente el comentario de hoy" pueden pensar ustedes, y están en todo su derecho, sólo los invito a recordar cuántas veces unas lindas señoras que miran respingadas a los demás se cuelan en las filas, se suben a la micro sin pagar e insultan a quienes no les parecen dignos. Cuántas embarazadas se quedan sin asiento porque unos caballerosos muchachos tienen la tendencia al sueño instantáneo (casi mágico diría yo). Cuántas mujeres y niñas han sufrido con las manos de un degenerete que les agarra una presa. Cuántos porteros de edificios y guardias de comercios han tratado mal a alguno que no se ve "decente".
No con esto quiero idealizar la vida en los campos, que también tiene desventajas y sus personas defectos, mi punto es hacer ver que no podemos envanecernos de algo falso, descalificando de buenas a primeras. Mucho prejuicio dando vueltas, mucha violencia silenciosa. Mucho de ver los defectos ajenos.
Tal vez en mi casa tengo más cosas, o contesto más rápido una prueba, pero no por eso soy mejor o peor al que en este momento está pasando por la Alameda.
Recuerden que la soberbia es pecado, y de los feos.

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