miércoles, 14 de noviembre de 2007

Entre el cemento


Hoy me fijaba en las flores que crecen a la orilla de la carretera, pensé también en las raíces de los árboles que rompen las veredas y los pastos que salen entre los bloques de cemento. Me acordé de haber escuchado más de una vez acerca de la fuerza de la vida que se las arregla para aparecer en cualquier parte.
A mi más bien me parece que es una lección de humildad; si estamos vivos nos aplastan, ensucian y pisotean diariamente, y la naturaleza nos muestra que es posible sobrevivir. Por más que quemen el árbol, en el tiempo que corresponda (pueden ser décadas) aparecerán los brotes vivos del mismo ser.
Todo tiene su lugar preciso y aunque nos despojen del nuestro, poco a poco nos las arreglaremos para asomar una hojita y volver a hacernos presentes, aunque sea sucias y marchitas, como las lavandas en la carretera.

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