lunes, 26 de noviembre de 2007

Muévete, retuércete


Pucha que molesta andar con las tripas saltonas. Uno despierta de lo mejor cuando de repente viene el retorcijón (o retortijón, como quieran llamarle, ambos nombres son correctos) y ahí se nos acaba la tranquilidad; hay que correr al baño, pensar en rutas cortas hacia donde vayamos, inventar algún menú especial... sin hablar de la sensación misma de dolor que por algunos segundos nos hace transpirar frío.
Ahora, cerca de las fiestas navideñas y de Año Nuevo, hay que cuidarse un poquito, no tanto para evitar engordar, sino para evitar ser víctimas del desagradable retorcijón.
¡Manzanilla para todos!

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