sábado, 25 de abril de 2009

Chocar con un poste


Debo confesar que alguna vez, por andar pajareando por la vida me tropecé con un poste. Estoy hablando literal y no metafóricamente. Lo peor es que fue en años escolares, cuando todo se vive con un halo telenovelesco. Aparte de la vergüenza del momento, no tuve mayores daños. Nunca como el globo de Luxor. Con las amigas nos reíamos de esos incidentes (años después eso sí) porque no fui la única a la que le pasó.

sábado, 18 de abril de 2009

En pelotas


De vez en cuando aparece alguien corriendo pilucho en algún evento deportivo y logra la fama. Efímera pero la logra. Unos segundos sin ropa frente a algunos cientos de personas y te conocen (por dos segundos) en todo el mundo.

Tiene que ver con la cantidad de audiencia, porque la gente que se empelota frente a menos gente no tiene tanta notoriedad. De vez en cuando se hace conocida o conocido en la farándula, pero no más que eso.

Empecé a escribir esto pensando en otra forma de estar en pelotas: cuando uno queda de repente sin defensa, sin capacidad de reacción, vulnerable y sorprendida (o). Cuando uno comenta "me dejó en pelotas con lo que dijo" se refiere a eso, porque por lo general uno no anda contando otro tipo de experiencias en la oficina.

Es raro cómo se relaciona el estar pilucho (así les decimos en Chile a las personas desnudas, la palabra viene del mapudungún) con la vulnerabilidad.

Yo creo que tiene que ver con que no hay secretos y nos mostramos tal cual somos, sin posibilidad de disfrazar ni de hacer distinciones de ningún tipo.
Porque la ropa muestra cosas y sirve para disfrazar o para exaltar alguna característica, demuestra grados de poder, capacidad adquisitiva, gustos, orientaciones y preferencias.

Hay gente que se viste para ser vista y otros para disolverse entre los demás.
Estar pilucho es democrático si uno quiere y revelador en más de un sentido.

lunes, 13 de abril de 2009

Incomprendida


A veces me siento así cuando no entienden lo que digo ...
O cuando alguien arruga la cara por algo que uno dice, o hace. Como mezclar comidas; aunque ahora ya no tanto, le gente está más tolerante con esas cosas. Antes era casi pecado decir que me gustaba ponerle mermelada al queso, o contar que comíamos ciervo en la casa de mi tío sureño.

Algunas compañeras de curso ponían cara de interrogación cuando les contaba que había leído algún libro cuando no era tarea ni había nota de por medio.
Ya les he advertido varias veces mi naturaleza ñoña.





Con Bono

jueves, 9 de abril de 2009

Apariencia


Me gusta que no se sepa cómo soy. Que no me encasillen.
Me gusta sorprender, como cuando sé responder bien preguntas.


No es que tenga aspecto pavo, soy una ñoña asumida.
Tampoco es que ande con un halo de misterio por la vida, pero encuentro entretenido eso de que se sepa de a poco...

lunes, 6 de abril de 2009

Más de lo necesario


En este mundo corre mucha información y es nuestra responsabilidad administrarla según el uso y utilidad que tenga. Pero a veces, sin la intención de hacerlo, obtenemos más información de la que quisiéramos.

No me parece que la gente ventile sus problemas más "personales" a vista, paciencia y oído de otros.
Pasa tanto con los famosos (de verdad no me interesa dónde se fue a peinar la niña de la tele antes de su matrimonio) como con los ciudadanos de a pie.
Esa amiga de una amiga que NO conocemos pero que nos cuenta los problemas sexuales que tiene con su marido... las ronchas que le salieron en el poto a la guagua... la bronca que le tiene a la suegra... cuánto gastó en su auto.

Hay cosas que uno le dice sólo a quienes conoce más.
Hay cosas que no le interesan a toda la gente.

Hay que cachar que hay momentos y lugares para decir las cosas...