martes, 1 de octubre de 2013

Ojos que no ven... corazón que presiente

Las cosas que no se ven; se sienten, se huelen.
No es sexto sentido, es atención al detalle, al cambio.
A veces son cosas buenas, que se descubren e iluminan. A veces cosas malas, que se esconden y carcomen.
A veces explotan, a veces se van liberando como una pelota que se pincha.
A veces dan pena, otras dan alegría.
A veces pegan fuerte, otras sólo rasguñan.
Así nomás es la vida, ir conociendo y descubriendo implica tanto desilusionarse como maravillarse, dudar, confiar, desconfiar, confirmar, descubrir. Para bien o para mal. Aprender, despertar.