miércoles, 25 de agosto de 2010

Canciones

Tengo ganas de escuchar canciones para cantarlas. No importa dónde.

Me armo de mi mp3 (que Estudiosín me regaló por el día de la madre) y salgo a la calle.
Esta semana es el turno de las canciones en castellano: chilenas, españolas, argentinas, principalmente. 

Ya saben, si se topan con una cantarina en el metro, micro o en una esquina, es muy probable que sea yo.

viernes, 13 de agosto de 2010

Un brote

Foto de la época, voy a buscar una en la casa
Estaba en el árbol, asomándose. Con su verde reluciente de brote a punto de abrir. 

Como los que había en el patio de mi casa de infancia, donde jugaba con barro, inspeccionaba las plantas, recolectaba semillas de mis flores favoritas (de esas de muchos colores que crecen en algunas veredas, casi siempre en el campo) y me sentaba bien quieta para ver a los pájaros que iban a comerse las uvas de los parrones. 

Donde amarré un pedazo de manguera al naranjo más resistente para hacer un columpio. Donde aprendí a andar en bicicleta y me caí innumerables veces, pelándome las rodillas. Donde tuve pestes y se me cayeron los dientes (que guardé en una cajita de fósforos para que el Ratón Pérez me diera unas monedas). Donde una tarde llovieron gatitos (cayeron uno a uno en los tréboles del jardín chico hasta que estuvieron todos juntos y su mamá gata se los llevó).  Donde me desvelaba imaginándome las estrellas y qué era lo infinito y cómo sería si todo fuera transparente. Donde pasé la primera navidad que recuerdo. Donde armábamos juegos increíbles, cumpleaños y asados familiares. Donde ayudé a compaginar las revistas del Taller Literario Ayllú. Donde escondía dibujos para Dios en las rendijas de la mesa (que eran retratos suyos, con barba larguísima y sonrisa anchísima).

Con esa tinaja en el patio que era el mejor escondite de juegos. Con ese corredor inmenso especial para hacer fuertes con cajas de cartón y ver la lluvia sentada en el sillón.  Con esos muebles llenos de libros que me enseñaron a juntar letras y leer "Los Cuentos de la Selva". Con uvas jugosas de todos colores para refrescar el verano y azahares afuera de la ventana. Con una cocina grandota para hacer muchas galletas. Con una piscina con muros para jugara a la pelota en invierno, hacer carreras de escupos y batallas de agua en verano. Con mis dibujos a tiza  y de mi hermano chico con lápices en las paredes, que mis papás nunca borraron. Con los abollones que quedaron en el techo porque con mi hermano mayor nos subíamos a saltar.

La del espacio preciso para las reuniones de movimientos, talleres y clubes. La de los vecinos que me dejaban pasarme por la pandereta y jugar en su patio, también lleno de árboles. La de las hojas de cedrón que me echaba en los bolsillos para tener siempre a mano su aroma. 

La casa que ya no existe en la realidad pero se quedó en nuestros corazones y memorias. 

Todo por un brotecito verde.


miércoles, 4 de agosto de 2010

Sol


Sale el sol para que abran los brotes. Para que crezcan y maduren los frutos. Para que veamos más lejos. Para que sintamos calor.

Mala pata si interfiere con las ondas de las telecomunicaciones.
Agradezco que todavía podamos desconectarnos y mirar directamente al cielo.