jueves, 8 de noviembre de 2007

Cumbre y desvíos


Con lo de la reunión iberoamericana de presidentes el centro se convierte en una majamama de recorridos y caminos alternativos. Podemos pensar que con tan ilustres visitas se hace lo que muchos estilan: barrer la basura debajo de la alfombra, sacudir por "donde mira la suegra"(nunca tuve que recurrir a esa vieja artimaña: mi suegra es súper piti) y poner adornos en las pifias de la pared. O sea, hacer pasar las micros problema (que en realidad son un macro desajuste) por otra parte para que los mandatarios no se vayan a llevar una impresión equivocada de nuestra bullente situación.
Eso diría un criticón pesimista.
¿Qué diría el optimista?... ¡ajá!, claro, que es una oportunidad para cambiar el paisaje, volver a ajustar la mirada, sorprendernos nuevamente con las cosas sencillas (qué lindo este edificio, por el otro camino no lo veía/ ahhh, ya sé por donde irme cuando venga a pie/ así que aquí quedaba la dichosa calle).
Como yo soy genéticamente rezongona y convencidamente optimista, creo un poco de ambas.

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