miércoles, 2 de mayo de 2012

Grandototote

Ayer paseábamos en un lugar con varias estatuas gigantes. Me acordé de cuando era niña y la gente era casi toda así, grandota. No me dio angustia, ni susto, no me sentí desprotegida, ni mucho menos. Me acordé de esa autorización que tienen los niños de correr, jugar, cantar, correr en cualquier momento y lugar sin que a nadie le parezca raro o fuera de lo socialmente aceptable. Qué ganas de que también instalen columpios y resbalines XL, en donde los grandes podamos también jugar un rato y reírnos más.

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