jueves, 2 de julio de 2009

Está de moda


Nunca me ha parecido un argumento válido tener que hacer algo, ponerse alguna ropa, escuchar ciertas cosas o ver otras con el pretexto de que "está de moda" o "es lo que se lleva". Cuando una esforzada vendedora trata de convencerme de que el incómodo pantalón de tiro ultra corto tiene que ir directo a mi clóset porque "es el que más han llevado" yo sé que lo hace con la mejor intención de mantener su fuente de trabajo y contribuir al sostenimiento de su familia... pero pucha que me dan ganas de contestarle algo. Me contengo, le digo "ya", bien despacito, seguido de "gracias" y me voy.
Hay gente que ama vestirse requete ultra a la moda, bien por ellos si se sienten bien y les gusta. Pero lo que es bueno para algunos no lo es necesariamente para todos, así que tendré que soportar las caras de espanto de las vendedoras al verme rechazar telas doradas preguntando si tiene pantalones rectos, azules, negros o café, sin pinzas, "de los comunes y corrientes", zapatos sin taco y poleras larguitas pero no como vestido.

¿Rosados tornasol y cinturón con huilas colgantes???
Sólo si me disfrazo de Jem.

6 comentarios:

Francisca dijo...

Lo mejor es estar cómoda!!! la moda va y viene. La verdad es que a ratos pareciera estar de moda o a veces no, pero siempre busco mi propia comodidad anileando mi propios gustos.
Saludos!!!

Memoriona dijo...

¡A eso me refiero!, vestirse con algo porque acomoda, sin importar tanto si está o no de moda. Ya me puse como Englantina Morrison, jajja

Anónimo dijo...

qué buena

Daniel. Te invito a visitar http://eldeportero.wordpress.com dijo...

La moda no va conmigo. De hecho siempre me pongo lo que se me de la gana, y con lo que me siento bien.
Saludos

Daniela dijo...

Jajaja!!! Es cierto eso, pero también es entrete algún detallito diferente... En todo caso, mi cuerpo no le hace a los pitillos, así que vivan los pantalones rectos y ojalá a la cintura!

pez dijo...

Yo también, al igual que Aureliana, soy amiga del detalle que viste.
Y de la moda, lo que me acomoda. Aunque luego de terribles experiencias adolescentes y/o preadolescentes sumida al mandato del mercado.