
Ayer me subí al metro por una puerta distinta a la de todos los días, un niño y su mamá me sonrieron y me mostraron un asiento vacío. A él le llamaron la atención mis aros y con evidentes dificultades me contó que "eran como pelotas, como los que tiene la Carlita". Le calculé unos 12 años y percibí algunas de sus dificultades motrices y de lenguaje. Se bajaron en la siguiente estación, pero antes de irse él se acercó y me dio un beso bien apretado diciendo "tía, yo te amo mucho, chao". La mamá se despidió con una sonrisa tranquila.
Fue un destello que me alegró el día.
Me emocioné con esa muestra gratuita y transparente.
El abuelito que iba sentado frente mío entendió y también me sonrió.
Fue un destello que me alegró el día.
Me emocioné con esa muestra gratuita y transparente.
El abuelito que iba sentado frente mío entendió y también me sonrió.
7 comentarios:
¡El de arriba te mandó un tweet!
que lindo
con un pequeño gesto, uno puede ser feliz el resto del dia.
que lindo!!! eso demuestra que las energías que nos podemos transmitir entre los seres humanos son realmente poderosas. me imagino como debiste sentirte, de bendecida!
=)
De verdad que me emocioné, como que me querían salir unas lágrimas y sentí un calorcito en el pecho. la felicidad me duró todo el día.
Tienes razón, Chiquitita, que fue como una bendición.
qué lindo, oye. Se pasó
Qué bonito...
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