martes, 2 de septiembre de 2008

Reglas


Tenemos un problema de respeto a las normas; los "prohibido botar basura", "No virar en U", "No pasar", "Velocidad máxima xx", "No pisar el césped", "Deje bajar antes de subir" parecen curiosidades capaces de hacerse invisibles, porque si no hay nadie mirando, es como si no existieran. También pasa que las reglas de tránsito (como los "Prohibido estacionar toda la cuadra") no funcionan las noches y los fines de semana. He visto abuelitas que apenas pueden andar saltando rejas para no caminar tres metros hasta donde está el paso peatonal. Es peor cuando otro lo hace y unos cinco giles lo siguen. Complejo "ley pareja no es dura" disfrazado de monito-mayorismo.

¿Cuándo todos se portan bien?: con fuerza de por medio, o amenazas. No estaba errado el que inventó la locución "Por la razón o la fuerza". Qué triste. Otro ejemplo sería "El que no baila es cola" o "Si no te comes todo no te voy a querer más" (¡¿?!) "El que no salta es..." (paco, de la UP, Pinochet, Emo, cualquier cosa que el grupo no guste), "No te compro nada si te portas mal" y un largo, tristemente largo, etcétera.

¿Será de porfiados o de asegurados? Concuerdo en que me carga que me estén diciendo lo que tengo que hacer, pero a veces es necesario.
El año pasado fui a la premiación de un colegio (sin nombre para no ponerme en problemas) y me llamó mucho la atención al llegar la distribución de la gente: alumnos premiados, profes, autoridades y artistas en el escenario y al frente, mientras los apoderados eran desviados a la galucha. Empezó el tema: bien solemne, con himno, discursos y niños tocando violín. En la galería estaban todos conversndo fuerte, riéndose, leseando y gritando por sus niños, hubo pifias a una profe de Castellano, gritos del tipo "Buena Maxi", "Ése es mi hijo" y aplausos fuera de lugar. A cada rato los locutores se encargaban de recordar que el exceso de aplausos no dejaba escuchar los nombres de los niños y atrasaba la entrega de diplomas, pero nada, seguían varios arrancándose con los tarros. Si hubieran podido llevar bombos y cornetas los hubieran llevado.
Nunca me había pasado antes, en ningún colegio ni liceo por más rural y apartado que estuviera. Quedan fuera las consideraciones sociales, económicas, educativas y religiosas, porque era un colegio de nivel socio económico medio-alto, con apoderados en gran número profesionales, en el corazón urbano de la comuna- provincia- región y más encima de una congregación católica.

El otro extremo: miraba (medio pestañeaba entremedio) un reportaje sobre las Torres Gemelas y fue raro ver que los gringos obedecían todo lo que les dijeran, aunque el piso de arriba o la oficina del lado se estuviera quemando.
No he decidido si lo creo signo de civilización o de alienación, pero es sin duda muy diferente a lo que vemos todos los días.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Aaahhh completamente de acuerdo!...es tan molesto cuando pasa eso...la gente muchas veces no sabe comportarse (o seremos nosotros???), siempre se olvidan de lo importante que es el respeto...o yo, ñoñamente, lo encuentro demasiado importante?...uff, da para pensar...

Saludos mi fiel memoriona ;), gracias por tu vista!

Carlo Rodolfo dijo...

Parece que está en nuestro ADN eso de la rebeldía y la desobediencia, como que no seguir las reglas es bien visto socialemente.
Fui a un coelgio católico con las respectivas restricciones que te podrás imaginar, por lo mismo prendía en nosotros esas ganas de romper ese reglamento que nos parecía pasado de moda. Por ejemplo te molestaban mucho por el pelo, por lo mismo recuerdo que hice hasta lo imposible por no cortármelo, incluso el día de la graduación casi no me dejan entrar a la ceremonia por lo mismo, tuve que recurrir a un moño para complacer al director. Creo que lo mismo pasa en todo aspecto, aunque hay reglas básicas que todos tenemos que respetar, sobre todo cuando son de convivencia social y el no hacerlo pasa a llevar la integridad del otro.
Saludos!!

Memoriona dijo...

La cosa es no ser extremista.
Saludos estimados lectores/oyentes/colaboradores y lectoras/oyentes/colaboradoras

Anónimo dijo...

El que no salta es pinoché!!!!