A uno le pasan cosas, a gente conocida le pasan y a otra que no conocemos también. De todas ellas sabemos y muchas vecen nos impactan. A veces el asombro llega a un punto que nos hace cuestionar cómo vivimos, qué queremos y qué va a ser de nosotros de aquí a cinco o diez años.
Sé que es un viejo clisé el "que nadie tiene la vida comprada", pero es una prueba de la tremenda sabiduría que tienen las frases populares. Estoy pensando en las niñas que murieron ayer en el norte. En otras personas que han muerto en accidentes. En que nuestras certezas no son tales. En que nos movemos en un mundo donde las perspectivas cambian.
Hay algunos que dicen que es la vida, que es Dios o el destino. La cosa es que este intrincado juego de interacciones mutuas donde estamos es bien raro. Como las buenas películas tiene vueltas y finales inesperados.
Parecen preguntas de gurú de autoayuda pero:
¿Para qué hacemos lo que hacemos?
¿Estamos contentos con eso?
¿Tenemos con quien compartirlo?
¿Nos alegramos de lo que les pasa a los demás?
¿Nos importa sólo la plata o algo más?
Sé que es un viejo clisé el "que nadie tiene la vida comprada", pero es una prueba de la tremenda sabiduría que tienen las frases populares. Estoy pensando en las niñas que murieron ayer en el norte. En otras personas que han muerto en accidentes. En que nuestras certezas no son tales. En que nos movemos en un mundo donde las perspectivas cambian.
Hay algunos que dicen que es la vida, que es Dios o el destino. La cosa es que este intrincado juego de interacciones mutuas donde estamos es bien raro. Como las buenas películas tiene vueltas y finales inesperados.
Parecen preguntas de gurú de autoayuda pero:
¿Para qué hacemos lo que hacemos?
¿Estamos contentos con eso?
¿Tenemos con quien compartirlo?
¿Nos alegramos de lo que les pasa a los demás?
¿Nos importa sólo la plata o algo más?